El temporal que azotó el miércoles algunas zonas de la pitiusa mayor ha dejado cuantiosos daños en algunas de las playas del municipio de Sant Josep. Es el caso de Es Torrent donde su único restaurante permanece cerrado «a falta de comprar más material como tumbonas, sombrillas y mesas», apuntaban algunos de sus trabajadores mientras seguían trabajando para adecentar la zona. «Estamos en shock por lo ocurrido», decía Mateu Prats, un joven que lleva cinco años trabajando en Es Torrent y que asegura no haber visto nunca la playa en ese estado. Tanto él como el resto de sus compañeros confían en poder «poner en marcha» el restaurante en la menor brevedad posible para poder terminar lo que queda de la temporada con normalidad.

Desde primera hora de la mañana de ayer, la excavadora desplazada hasta Es Torrent trabajaba sin descanso; trabajo al que se sumaban los amigos y familiares del restaurante así como sus propios trabajadores. «No paramos y toda ayuda es poca», decían muchos. Tampoco se olvidaban de uno de los vehículos arrastrados por el torrente hacia el mar y que era propiedad del restaurante. «Ayer nos dijeron que estaba por la zona de Porroig, pero no sabemos si han conseguido sacarlo», matizaba uno de los trabajadores.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sant Josep remarcaba la importancia de que no hubiese habido daños personales después de ver «las impresionantes imágenes» que había dejado el torrente.

Aunque todavía con mucho trabajo por delante y con la necesidad de suplir los daños materiales, decenas de turistas se acercaban en la jornada de ayer a una de las calas con más encanto de Sant Josep. «Es una pena lo que estamos viendo y que en apenas tres horas se haya ido todo al garete», lamentaba una turista que confiaba en poder comer allí.

En el otro lado de la balanza se encuentran Cala Tarida y Cala d’Hort que ayer ya presentaban un aspecto más típico para un mes de agosto. «Desde el jueves ya vamos recibiendo a más gente y más o menos hemos recuperado la normalidad», decía uno de los socorristas. Y es que por la mañana una retroexcavadora estuvo trabajando para limar todos los desperfectos que presentaba la playa solo 24 horas antes. «Aún así nos quedan por montar los baños y los lavapiés que fueron arrastrados por el torrente», añadía recordando que el agua caía con una fuerza «que daba miedo» en una pendiente que cuenta con un desnivel del 15%.

Cala Tarida, sin embargo, presentaba normalidad absoluta en un día «perfecto para ir a la playa», decía un hostelero de la zona. Y es que allí, entre toallas y sombrillas, cientos de turistas se movían de un lado para otro para encontrar su sitio. «Yo personalmente no vi cómo estaba la playa el miércoles, pero parece mentira que haya habido un temporal así y aquí casi no se aprecie», decía Mauro Escandell que aterrizó en la isla el pasado martes. De nuevo y como en Es Cubells, el temporal provocó numerosos daños materiales, pero no provocó ningún problema a nivel personal, situación que alivia no solo a los trabajadores de la zona, sino también a los turistas que visitan sus playas.

LA NOTA

Sant Josep trabaja para recuperar la normalidad

Algunos miembros del equipo de gobierno del ayuntamiento de Sant Josep, entre ellos el alcalde Josep Marí Ribas, visitaron ayer a primera hora de la mañana algunas de las playas más afectadas por el temporal que llegó desde Formentera el pasado miércoles para «arrasar la zona de Sant Josep», decían. Desde el Consistorio siguen haciendo una valoración de las pérdidas y aseguran que seguirán trabajando «entre todos» para recuperar la normalidad y para ello valorarán los desperfectos sufridos en numerosos caminos y carreteras, así como en los accesos a algunas de las calas más transitadas por los turistas.