Es Torrent sigue trabajando para recuperar su estado habitual y lo hace con la ayuda de los trabajadores del restaurante y de operarios del Ayuntamieto de Sant Josep.

La imagen que presenta la playa de es Torrent una semana después del temporal que arrasó con parte de la costa de Sant Josep es muy distinta. Los días de trabajo ininterrumpido por parte de los empleados del restaurante, que han contado también con la ayuda del Ayuntamiento del municipio, han dado sus frutos. Ayer por la mañana, las máquinas excavadoras ultimaban las obras en una playa afectada por los desprendimientos y el lodo acumulado.

Xisco, el encargado del establecimiento, agradece al Consistorio «la prisa que se han dado para arreglar la situación». El restaurante abrirá sus puertas al público este miércoles, aunque ninguno de sus trabajadores olvida las pérdidas materiales que han sufrido en los últimos días. Aún así, Xisco reconoce «que el negocio va a recuperarse. Este restaurante tiene muchas reservas y gracias a eso podremos compensar las anulaciones de estos días».

Por su parte, muchos turistas ya se iban acercando ayer a la zona y podían verse varias embarcaciones fondeadas en la costa de la cala. Aún así, los trabajos para recomponer la playa continúan.

Ses Boques

El restaurante Ses Boques, por el contrario, no puede decir lo mismo. «Hemos tenido que cancelar cientos de reservas», contaba ayer Joan Portmany, dueño del restaurante, consciente de que la temporada ha terminado para sus 14 trabajadores. «Los comercios cercanos nos han ofrecido trabajo para ellos, pero es su decisión», añadía. Aún así, después de la reunión que mantuvo ayer con el concejal de Urbanisme confía en que esta semana puedan acceder a su local para empezar con los trabajos de reconstrucción. «Hace un par de días contratamos a un barco especializado para sacar del restaurante las cámaras y la comida que se iba a poner mala, pero ahora queremos llevar grúas y tractores y, para ello, necesitamos que nos permitan acceder», matizaba.

Un temporal que a su paso ha acabado con la temporada de muchos trabajadores y con el sueño de algunos turistas que tenían planeada su visita al restaurante y un baño en una cala que no se sabe cuando se recuperará.