Una larga carretera que se va haciendo cada vez más angosta conduce al faro de es Cap de Barbaria, uno de los iconos de la isla de Formentera, especialmente desde que Julio Medem lo inmortalizara en la memorable escena de la película de Lucía y el sexo con Paz Vega montada sobre una Mobylette.

Este faro está emplazado en un paraje inhóspito, con aspecto casi lunar en el que apenas hay vegetación, al borde de unos impresionantes acantilados situados frente a las costas africanas de Argelia.

Situado en el extremo suroeste de la isla, también desde aquí se pueden contemplar unos bellos atardeceres, especialmente en sa Cova Foradada, un agujero que emerge en medio de la nada y desde donde se comprueba la inmensidad del Mediterráneo. Considerado una visita obligada de los turistas de Formentera, el Consell ha decidido este año regular su acceso para evitar la masificación de la zona, especialmente durante la puesta de sol, cortando al tráfico la carretera durante las horas punta en los meses estivales.

Este faro, proyectado por el ingeniero Rafael Soler, es uno de los más recientes de las Pitiusas. Décadas antes de que se pusiera en marcha el Plan General de 1967 que revisó el mapa de las señales marítimas de España y contempló su construcción, la Comisión de Faros ya había aprobado en 1924 el proyecto, atendiendo las peticiones del mundo de la navegación local que reclamaba la construcción de un faro en la parte más meridional de las Pitiusas y, por tanto, de todo el archipiélago balear.

El proyecto inicial, sin embargo, nunca se realizó y no fue hasta los setenta cuando se llevó a cabo. Inaugurado el 15 de junio de 1972, sigue la línea del resto de los faros construidos durante esa época, automatizado desde el principio mediante válvula solar, con una óptica giratoria catadióptrica y mezcladores Dalen de gas acetileno visible a 18 millas con destellos cada 15 segundos. El faro se levanta sobre una torre redonda de 17,5 metros de altura y 3 metros de diámetro a 78 metros sobre el mar.

En 1995, gracias al Plan General de Faros, se instalaron nuevos equipos de alumbrado alimentados con energía fotovoltaica pero conservando la óptica original. El sistema de rotación pasó entonces a ser de tipo electro-magnético y la iluminación comenzó a realizarse mediante el empleo de lámparas de descarga.

Aunque inicialmente este faro estuvo a cargo de los técnicos residentes en el faro de La Mola, dejó de estarlo cuando este último quedó deshabitado. Ambos faros están actualmente telecontrolados y su mantenimiento depende de los técnicos de Ibiza que se trasladan periódicamente para atenderlos.

→ Más información en la página web www.farsdebalears.com.

FICHA

Latitud N: 38º 38,463’

Longitud E: 001º 23,368’

Alcance nominal: 20 mn.

Altura sobre nivel del mar: 78 m.

Apariencia luminosa: Grupo de dos destellos cada 15 segundos.

Apariencia diurna: Torre cilíndrica blanca, 19 metros.

¿SABÍAS QUÉ...?

La automatización de los faros comenzó en los años 20 del siglo pasado pero se interrumpió durante décadas por la Guerra Civil

El proceso de automatización de los faros iniciado en la década de los años 20 del siglo pasado se vio bruscamente interrumpido por los estallidos de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Según cuenta Javier Pérez de Arévalo en su libro Historia de los faros de las Islas Baleares, tras la colocación de sendos equipos automáticos de gas con sistema Dalen en el faro des Penjats (1929) y en el faro d'en Pou (1935) ya no volvió a automatizarse ninguna señal marítima de las Balears hasta la década de los 60.

No obstante, el retraso en la renovación tecnológica con respecto a otros países de Europa occidental tampoco fue excesivo porque la Segunda Guerra Mundial provocó también un importante parón en países como el Reino Unido, Francia o Alemania.

Cuando se retomó el proceso de automatización de los faros baleares se tuvo en cuenta las cuestiones presupuestarias además de las condiciones de aislamiento de cada torre. En las Pitiusas, el primer faro automatizado fue el de Tagomago, en 1963, seguido del faro de sa Conillera que se automatizó en 1971.