El perro pierde pelo alrededor de los ojos, orejas y nariz. Tiene menos apetito. Le han aparecido heridas en la cabeza y patas. Sus uñas crecen demasiado rápido. Estos son algunos de los primeros síntomas de la leishmaniosis canina, una enfermedad endémica en España que los perros contraen con la picadura de un mosquito y cuyo peligro crece durante los meses de calor. En este artículo se detalla qué es la leishmaniosis canina, por qué es tan peligrosa para los perros y cómo evitarla: con repelentes, paseos antes del atardecer, mosquiteras y la vacunación contra la leishmania.

¿El perro ha perdido pelo? ¿Le han crecido demasiado las uñas? ¿Tiene heridas en la cabeza y sus patas? Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, puede que la mascota sea víctima de un parásito del género Leishmania spp. : un peligroso protozoo, diminuto pero muy dañino, que llega al cuerpo del can cuando este es picado por un mosquito infectado. «El parásito de la leishmaniasis es capaz de invadir diferentes órganos vitales del perro, pudiéndole causar enfermedades crónicas e, incluso, la muerte», "Debido al carácter doméstico de los perros y a la posibilidad de transmitirse a los humanos (zoonosis), la leishmaniasis es un riesgo sanitario importante a nivel mundial, y su impacto no deja de crecer, según la Plataforma para la Prevención de la Leishmaniosis, formada por veterinarios y expertos de nuestro país en la enfermedad. La leishmaniosis, además, es endémica en España y especialmente peligrosa al atardecer durante los meses de calor que ahora comienzan, desde mayo a septiembre u octubre. En las zonas más cálidas, estos mosquitos portadores del peligroso parásito de la leishmaniosis pueden encontrarse durante todo el año.

«El insecto que transmite la leishmaniosis canina se llama flebótomo, muy parecido a un mosquito habitual pero de menor tamaño, tan pequeño que apenas se ve a simple vista», explica la veterinaria Guadalupe Miró, de la Universidad Complutense de Madrid. El parásito de la leishmaniosis invade los distintos órganos del perro, provocando lesiones en la piel, ojos y articulaciones. Cuando la enfermedad se extiende, puede dañar además los riñones e, incluso, causar su muerte.

Si el can contrae la leishmaniosis, tendrá que convivir con la enfermedad el resto de su vida: no tiene cura. El veterinario le pondrá el mejor tratamiento contra la leishmaniosis que, aunque no la elimina, sí dificulta el crecimiento del parásito y, por tanto, su daño.

Pero con la leishmaniosis del perro, más vale prevenir que curar. Es conveniente aprender a cómo prevenir que el can la contraiga durante los meses de calor que se avecinan. A continuación se enumeran cinco trucos.

1. Proteger al perro

Los perros no protegidos tienen mayor riesgo de contraer la leishmaniosis. Por eso, la primera pauta es acudir al veterinario y adquirir un repelente que ahuyente a los flebótomos del peludo compañero. «Aunque estos productos no son infalibles, sí pueden reducir las picaduras hasta en un 86%», concluye un estudio realizado por el veterinario Richard Reithinger. La mayoría de los productos que se aplican de manera preventiva para evitar las picaduras de los mosquitos se basan en la aplicación topoica de piretroides sintéticos.

Hay productos protectores en pipeta y collares antiparasitarios que incluyen ya protección frente a la leishmaniosis.

- Scalibor. Lab Internet, collar de PVC a base de deltrametrina al 4 %, duración de su efecto 4 a 6 meses. Previene la picadura de mosquitos y garrapatas

- Exspot. Lab MSD, pipeta a base de permetrina al 65%, duración de su efecto 2 semanas, previene la picadura de mosquitos y garrapatas.

- Advantix, lab Bayer, pipeta a base de 50% de permetrina, 10% imidacloprid, duración de su efecto 3 a 4 semanas, previene las picaduras de mosquitos, pulgas y garrapatas.

- Vectra 3D, lab CEVA, pipeta a bese de : 36% de permetrina, 5 % de dinotefuran, 0,44 % de piriproxifen, duración de su efecto 4 semanas, previene la picadura de mosquitos, pulgas y garrapatas.

- Effitix, lab virbac, pipeta a base de: 61% de permetrina, 54,5 % de fiprinil, duración de su efecto 4 semanas, previene las picaduras de mosquitos pulgas y garrapatas.

- Seresto, lab Bayer, collar de PVC a base de 10% imidacloprid, 4,5 % de flumetrina, duración de su efecto 8 meses, previenen las picaduras de mosquitos, pulgas y garrapatas.

Existen en el mercado productos que estimulan la inmunidad celular y que han resultado muy eficaces en la prevención del contagio de la leishmaniasis. Leishguard, de laboratorios Ecuphar es un jarabe a base de Domperidona, un producto que en medicina humana se prescribe como tratamiento de los vómitos en terapia del cáncer pero que en perros ha demostrado ser un potentísimo estimulante del sistema inmune. Se administra durante un mes y tiene un efecto memoria de tres meses.

2. Evitar los paseos nocturnos

La actividad de los mosquitos flebótomos despierta al atardecer, con la caída del sol. Por ello, el consejo de los expertos es evitar los paseos caninos durante las horas de más peligro: desde el atardecer al amanecer, entre los meses de mayo y octubre.

3. Mosquiteras.Los perros que duermen en el interior de casa están más protegidos contra la leishmaniosis. Por ello, los canes serán menos vulnerables al mosquito, si están resguardados en el interior de la vivienda durante las horas que transcurren desde el atardecer hasta el alba siguiente.

Si se está en el exterior y se quiere que el animal pueda compartir la noche con su dueño, lo mejor es protegerle con una mosquitera apropiada: de una malla inferior a dos milímetros, que es el tamaño que tiene el flebótomo.

4. Vacuna contra la leishmaniosis. La vacuna contra la leishmania en canes existe desde 2012 en España. El tratamiento se aplica anualmente y tiene una prevencion del 71 %.

En todos los casos es aconsejable combinar la vacunación con la aplicación de productos preventivos de la picadura de mosquitos.

5. Revisión veterinaria al final del verano. El veterinario es quien puede diagnosticar a tiempo la leishmaniosis. Por eso, conviene repetir la revisión médica del can en octubre, cuando los meses de mayor calor hayan pasado, para confirmar que la mascota está segura.