Ayer miércoles fue una fecha muy especial para pequeños y jóvenes ya que era el día del fin de las vacaciones y del inicio de un nuevo curso escolar. Un comienzo que los 1.248 alumnos que empezaban clases en Formentera vivieron con total normalidad, excepto por las obras que la Conselleria balear d’Educació está ejecutando en el Col·legi Mestre Lluís Andreu de Sant Francesc. Unos trabajos de mejora que se alargarán hasta finales de mes y que ayer obligaban a parte del alumnado del centro a acceder a las instalaciones por una entrada lateral a la espera de la finalización de algunas de las ejecuciones. «Ha habido un poco de descontrol porque siempre entramos por delante, pero bueno», comentaba Ricard justo después de dejar a su hija en clase. Otra madre, Elena, apuntaba que su hija «no tiene aula. Por el momento, su clase se hará en la aula de Plástica pero esperamos que en unas semanas se arregle todo».

Aparte de este hecho, las imágenes volvían a ser las mismas de cualquier inicio de curso: mucho ajetreo y una cierta sensación de alegría por parte de los niños y niñas ante el esperado reencuentro con amigos y compañeros en el inicio de un nuevo curso. Caras también de alivio en la mayoría de madres y padres en el momento de dejar a sus retoños en el colegio de turno, ya que cuesta mucho conciliar la vida laboral en plena temporada alta con el cuidado a los hijos «sobretodo estos días de septiembre en los que no había escuela de verano», confesaba Joel, que argumentaba que «ahora, por la mañana, podremos hacer trabajos y cosas, ya que estos días nos hemos tenido de repartir el tiempo entre mi pareja y yo para acompañar a los niños». También había padres como Enrique que ansiaban ya la llegada del cole: «Mi hija estaba con muchas ganas de empezar y ver a sus amigos y yo tenía ganas de que llegaran estos días ya que soy diseñador gráfico y ahora empieza a bajar el trabajo en mi sector con lo que tendré unos días más tranquilos».

La jornada de ayer, pues, fue jornada de reencuentro y de actividades más bien extraescolares, con juegos en el patio y talleres en las aulas para ir tomando el pulso poco a poco al curso que justo acaba de empezar.