La Policía Nacional ha detenido a tres miembros de una organización criminal de origen rumano dedicada a la explotación sexual de mujeres de su país, a las que engañaban para que viniesen a España y, una vez aquí, obligarlas a ejercer la prostitución en las calles de Ibiza.
Los agentes han liberado a siete víctimas, dos de ellas en España y otras cinco en Rumanía. La operación fue posible gracias a una llamada al teléfono 900 10 50 90 en la que se alertaba a la Policía de que en una zona de la isla varias mujeres podrían estar ejerciendo la prostitución en contra de su voluntad. La rápida intervención de los agentes permitió que una de las víctimas fuera liberada nada más llegar a España, incluso antes de conocer cuál iba a ser su destino real.
Métodos de engaño
Según informó la Policía Nacional, la organización captaba a mujeres jóvenes de origen humilde de Rumanía, utilizando para ello varios métodos de engaño: unas veces a través de miembros varones de la organización, conocidos como lover-boy, para obtener el consentimiento de las víctimas y viajar con ellas a España.
Una vez en el país conocían que el verdadero motivo de su viaje era ejercer la prostitución callejera y se les explicaban unas reglas estrictas que tenían que seguir. Si las víctimas se negaban a prostituirse o decidían abandonar la organización, sufrían toda clase de amenazas y eran agredidas físicamente. No podían salir ni relacionarse con nadie que no fuera del mundo de la prostitución. Tampoco les permitían mantener ningún tipo de relación sentimental y, si esto ocurría, la organización coaccionaba a sus parejas solicitándoles entre 10.000 y 15.000 euros para dejarlas libres.
Los agentes han podido constatar que todos los investigados mantenían un elevado nivel de vida y que el cabecilla de la organización había llegado a constituir su propia empresa en su país de origen gracias a los beneficios obtenidos de su actividad delictiva.
Durante la operación, los investigadores realizaron dos registros domiciliarios en Ibiza en los que intervinieron varios terminales móviles de última generación, resguardos de envíos de dinero a Rumanía, billetes de avión y diversos cuadernos con anotaciones relativas al control de las víctimas.