El mundo de la cultura despidió ayer en Sant Francesc de s’Estany al genial montador y director de cine Antonio Isasi-Isasmendi, fallecido el pasado jueves en Ibiza a la edad de 90 años. Alrededor de un centenar de personas, entre familiares y amigos, asistieron a una íntima pero muy emotiva misa celebrada en la parroquia de Sant Francesc de Paula para despedir al cineasta que «puso a España en el mapa del cine mundial», como dijeron de él durante la breve ceremonia –duró apenas 20 minutos– oficiada por el padre Marcelo.

La familia celebró este viernes una despedida íntima y el cuerpo de Antonio será incinerado, por lo que ayer no hubo cortejo fúnebre. Sus hijos Antonio, Teresa y María y sus nietos, Andrea, Olivia y Alejandro Isasi-Isasmendi se mostraron visiblemente emocionados durante la ceremonia, a la que asistieron, entre otros, representantes de la cultura insular como Carles Fabregat, Héctor Escandell o Julio Bauzá, y de la política, como la consellera balear de Cultura, Fanny Tur; la consellera de Territori i Mobilitat, Pepa Marí; el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas Agustinet; o el expresidente del Consell Insular Vicent Serra.

Durante la misa tomó la palabra una de las nietas del cineasta, Andrea, que no pudo reprimir las lágrimas al recordar la memoria de su abuelo.

A continuación, Carles Fabregat pronunció un exquisito obituario recordando el lado «seductor» de Antonio, un hombre con una personalidad «magnética» del que hablaron gigantes del cine como Quentin Tarantino –quien llegó a decir, según Fabregat, que en Un verano para matar «sale la mejor persecución de motos» del cine– o Francis Ford Coppola, para quien Isasi-Isasmendi era el responsable de situar a España en el mapa del cine mundial. «’Antonio me quería mucho’, decían todos, porque cada uno se siente querido por Antonio y esa sensación de sentirse querido es lo que todos deseamos», relató Fabregat, que añadió sobre el cineasta que su vida «fue larga y plena», aunque en los últimos años le atormentara el panorama político del país. «Una vez me dijo que el Parlamento es como Sálvame pero sin Belén Esteban», concluyó Fabregat, que se ganó el aplauso de los asistentes, que expresaron sus condolencia a la familia tras el rito cristiano.

La vida de una leyenda

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Antonio Isasi-Isasmendi nació en Madrid en el año 1927 y su primer contacto con la isla de Ibiza lo tuvo con apenas tres años. Después comenzó su trabajo en el cine como doblador de niños en los estudios Voz de España, en Barcelona, y desde allí pasó a trabajar en las salas de montaje, convirtiéndose en poco tiempo en uno de los más destacados de la época. Algo que le sirvió para poder crear su propia productora y, después dirigir y producir varias películas de ámbito nacional como La huida, La mentira tiene cabellos rojos, Vamos a contar mentiras, Sentencia contra una mujer, Pasión bajo el sol, Rapsodia de sangre o Tierra de todos en 1962. Después llegaron otras de difusión internacional como la coproducción franco-española La máscara de Scaramouche; Las Vegas, 500 millones, tal vez su película más conocida, producida en 1968 entre Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España, protagonizada por Gary Lockwood, Elke Sommer, Lee J. Cobb o Jean Servais y estrenada según Carles Fabregat en más de treinta cines de Estados Unidos; Un verano para matar, o El perro, dirigida en 1977 e inspirada en la novela homónima de Alberto Vázquez-Figueroa. Finalmente, la última película que dirigió fue en 1988 El aire de un crimen, basada en la novela del escritor Juan Benet y que fue nominada al premio Goya al mejor guión adaptado en la tercera edición de estos premios.

Durante estos años a sus órdenes trabajaron actores como Amparo Baró, Emma Penella, José Guardiola, Vicente Parra, Conrado San Martín, Germán Cobos, Maribel Verdú o su exmujer, Marisa Paredes, madre de su hija, también actriz, María Isasi.

Por todo ello, muchos de los que le conocieron aseguran que Isasi-Isasmendi fue un adelantado a su época, al conseguir hacer un cine internacional desde España, estrenando algunas de sus películas con sesenta copias en los cines de Nueva York, traduciendo algunos de sus títulos a trece idiomas distintos para su difusión mundial y sobre todo empleando efectos especiales increíbles para la época.

Reconocimientos

Antoni Isasi-Isasmendi también fue miembro de varios jurados internacionales como los de los festivales de Berlín, San Sebastián y Málaga y entre los premios recibidos en mérito a su trabajo figuran cinco como mejor director del año, tres como mejor película, cuatro del Círculo de Escritores Cinematográficos, cinco Sant Jordi de la Crítica de Barcelona y tres Ciudad de Barcelona. Además, tiene la Encomienda de Isabel La Católica, la Orden del Mérito Civil, un Goya de Honor, una Medalla de Oro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, la Medalla de Oro de la ciudad de Eivissa, el premio María Honorífica del Festival de Sitges, y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2007. Así mismo, a principios del año 2009 fue nombrado miembro de Honor de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España y miembro de honor de la Academia del Cinema de Cataluña.