El president Carles Puigdemont, durante la declaración institucional, desde el salón Mare de Déu de Montserrat del Palau de la Generalitat. | Generalitat de Catalunya

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha mostrado su "disposición a emprender un proceso de mediación" sobre el proceso independentista tras el referéndum del 1-O, y ha rechazado el mensaje institucional del Rey del martes.

En un mensaje institucional este miércoles por la noche desde la Generalitat, ha dicho que "este momento pide mediación", que está recibiendo propuestas para hacerlo y que prevé recibir más.

▶️#President @KRLS: "El rei fa seu el discurs i les polítiques del govern Rajoy que han estat catastròfiques per Catalunya" pic.twitter.com/bL0FzpdYdV

— Govern. Generalitat (@govern) 4 de octubre de 2017

Pero Puigdemont ha constatado que el Gobierno central no ha dado nunca ninguna respuesta positiva a iniciativas de mediación, y ha pedido "que este conflicto se encarrile desde la política y no desde la policía".

Ha insistido en que su ejecutivo tiene "puerta abierta siempre al diálogo y respeto hacia el otro".

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Y ha asegurado que Cataluña seguirá enseñando su mejor cara en los próximos días: "Cuando las instituciones de Cataluña tendremos que aplicar el resultado del referéndum"

Puigdemont ha rechazado el mensaje institucional del Rey del martes alegando que no apeló al diálogo y la concordia: "Así, no. Con su decisión de ayer usted decepcionó a mucha gente en Cataluña, que le aprecia y que le ha ayudado en momentos difíciles de la institución".

Considera que fue un discurso sólo para una parte de la población y que "hace suyo el discurso y las políticas del Gobierno Rajoy que han sido catastróficas en relación a Cataluña".

"E ignora deliberadamente a los millones de catalanes que no pensamos como ellos y a los catalanes que han sido víctimas de una violencia policial", en alusión a las cargas del día del referéndum.

Por eso, cree que el Rey perdió una oportunidad de dirigirse a todos los ciudadanos como debería hacer por el papel que le da la Constitución, que además "le otorga un papel moderador que en ningún caso ha tenido y que ayer declinó".

Y les acusa de no haber tenido interés en saber la opinión y la visión del Govern en ningún momento del proceso soberanista, y de aceptar en cambio "un rol inadecuado que sólo busca allanar" las decisiones del Gobierno central.