Entre nervios, ganas de empezar una nueva etapa e ilusión muchos jóvenes ibicencos que terminaron este verano el Bachillerato han empezado la que va a ser la carrera de su vida y, aunque la mayoría han escogido la opción que más les satisface, aseguran sentir «miedo» ante lo desconocido. Empieza así un futuro prometedor para una generación que no lo tiene fácil, pero que lucha cada día por lograr sus sueños. Es el caso de Aitor Prohens, un joven ibicenco que ha decidido estudiar, finalmente, Derecho en Barcelona. «Tenía bastantes dudas, pero fui a varias charlas, hablaron del perfil que tenía un abogado y vi que encajaba con el mío», explica con vistas a un futuro estudiantil que espera acabar con oposiciones. Las claves que le han llevado a sacar un 9,79 de media en Bachillerato son fáciles para él: prestar atención en clase y llevar los trabajos al día «sin ser exagerado». Prohens asegura que hay tiempo para todo y, para ello, no es necesario sacrificar nada. Y es que el equilibrio entre el quehacer y el disfrute, según asegura, está al alcance de cualquiera: «Es necesario tener tiempo libre para desconectar», apunta este joven.

En una situación un poco más avanzada se encuentra Alba Lara Escandell, quien ya ha empezado su aventura en Barcelona. Esta joven ibicenca y futura ingeniera de diseño industrial ha conseguido, con mucha dedicación, la nota media más alta de Bachillerato, un 10. «La verdad es que es un curso muy duro y requiere mucho esfuerzo, pero siempre es gratificante ver cómo da sus frutos». Para ella es imprescindible tener una vida social activa que le permita rendir a nivel académico. «No es saludable abusar de nada hay que saber despejarse sin perder el objetivo», apunta. Ha empezado la universidad, pero en la maleta también se ha llevado recuerdos de instituto. «Durante el viaje de estudios de 4º de la ESO, una noche me quedé en la habitación con unos amigos y uno de ellos se quedó dormido. Le pintamos la cara entera con pintalabios. Es una de las veces que más me he reído en mi vida», dice divertida. Aunque, de momento, está acostumbrándose a su nueva vida, que es «completamente diferente a la que tenemos en nuestra pequeñita Ibiza», sabe que esta nueva etapa le depara nuevas experiencias y amistades que le acompañarán siempre. Ellos son sólo dos de los muchos estudiantes que este curso han tenido que hacer las maletas para estudiar en la Península, aunque no descartan seguir formándose en el extranjero en un futuro no muy lejano.

LA NOTA

Confianza: la clave del éxito

Empezar un nuevo curso y salir de la zona de confort no siempre es fácil. Por ello, los expertos dicen que es imprescindible tener una actitud positiva y evitar tirar la toalla a la primera dificultad. «Tienen que aprovechar las cosas buenas de ir a un sitio nuevo y la libertad que eso supone», explica la psicóloga Belén Varona. Varona añade que es fundamental planificarse desde el principio para que no se pierda de vista el objetivo que se quiere alcanzar. «El primer año universitario ayuda a abrir la mente, a conocer gente que está en tu misma situación y a conocer las
ofertas del sitio nuevo», señala Varona, al tiempo que destaca que esta nueva etapa te hace «ser más valiente».