El mercado residencial en la isla de Ibiza se encamina a un nuevo escenario tras la modificación de la Ley de Turisme que prohíbe el alquiler turístico –por días y semanas– en pisos y apartamentos así como en otro tipo de viviendas sin licencia para dicha actividad. Según se desprende de las principales plataformas inmobiliarias y de representantes del sector, el mercado está recuperando viviendas para el alquiler anual. La pega es que se están ofreciendo a precios muy elevados, que de media superan los 1.000 euros mensuales aunque se trate de inmuebles de apenas 50 metros cuadrados o de una habitación. También los hay más económicos, pero solo para la temporada baja, entre octubre y mayo. Además, en todos los casos se exigen varios meses de fianza, incluso avales o pagos por adelantado de toda la estancia.

«El alquiler todavía sigue siendo caro para la mayor parte de los residentes, pero sí que se nota que están entrando en el mercado de alquiler de todo el año más pisos que antes. Será paulatino pero poco a poco irán entrando», sostiene la presidentea de la Asociación de Inmobiliarias de Pimeef, Milagros González.
Entre los ejemplos de anuncios de alquileres anuales con precios abusivos destaca el de un piso de 72 metros cuadrados con dos habitaciones y un baño en Marina Botafoch, por el que se piden 2.000 euros al mes, más dos meses de fianza y una mensualidad más para la agencia, pero además se especifica que el pago debe ser de 12 meses por adelantado o con aval bancario, lo que dispara el precio hasta los 30.000 euros.

Otro anuncio ofrece un alquiler de 2.300 euros al mes por un piso exterior ubicado en Can Misses, «la mejor zona de Ibiza», puntualiza, que dispone de cuatro habitaciones y dos baños. En diversos portales inmobiliarios se pueden encontrar alquileres anuales por 1.200 euros (dos habitaciones y dos baños en Can Bonet, Sant Antoni); 1.115 euros (una habitación, junto a Café del Mar, en Sant Antoni), 1.500 euros (dos habitaciones dobles, en Sant Antoni), incluso por 850 euros (piso de 50 m2 con una habitación, en Cala de Bou). En Vila, el tercer municipio con el precio de la vivienda más caro de España, es raro encontrar un apartamento por menos de 1.500 euros al mes.
Sobre los alquileres anuales, Mila González admite que «de momento los precios no están bajando» y que están pidiendo «muchos meses de fianza, incluso avales o garantías».

González explica que muchos propietarios «tienen temor a la nueva ley y se dan cuenta de que pueden tener consecuencias» si mantienen los alquileres a turistas por días y semanas. «Muchos de ellos lo están llevando al mercado de todo el año o incluso lo ponen en venta», sostiene la portavoz de cerca de una veintena de inmobiliarias asociadas a la Pimeef, que argumenta esta tendencia porque hay «alquiladores de verano que como no lo podrán hacer de manera reglada ponen sus apartamentos en venta».

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LA NOTA

«La lógica dicta que se produzca ese trasvase»

Desde el Consell d’Eivissa afirmaron no disponer de estudios «sobre un hipotético trasvase de vivienda turística a residencial», lo cual supondría «hacer un estudio ambicioso, encargarlo a una empresa, y tardaríamos en conocer los resultados».

En el departamento d’Habitatge que dirige la vicepresidenta Viviana de Sans tampoco disponen de «datos precisos» sobre la nueva tendencia en los alquileres tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Turisme, que prevé sanciones de hasta 40.000 euros por alquilar de forma ilegal y de hasta 400.000 para las plataformas comercializadoras.

Desde el Consell, no obstante, afirmaron que «sí que existe una impresión generalizada de que se está empezando a producir este trasvase de pisos de un mercado a otro». «Si Booking, por ejemplo, retira del alquiler turístico las viviendas que no tienen autorización, la lógica dicta que va a pasar al residencial. Es lo que dicta la lógica, pero no hay estudios más concretos», subrayó un portavoz de la máxima institución insular.