El antiguo retén de la Policía Local de Vila de la calle Vicent Serra i Orvay es el lugar elegido para construir el nuevo albergue. | Arguiñe Escandón

Los vecinos del Eixample Nou están «cabreados» y más después de confirmar, como ya anunció hace semanas el Ayuntamiento de Eivissa, que el antiguo retén de la Policía Local de Vila de la calle Vicent Serra i Orvay no va a ser reformado sino demolido para una nueva construcción. «Esto es tirar el dinero», critica Ángeles Ribas, vecina de la zona quien asegura que «se puede hacer alguna pequeña reforma para conservarlo porque la solución no es empezar de cero». Cabe recordar que el nuevo proyecto supondrá a las arcas municipales un gasto de casi dos millones de euros que encarecen el presupuesto fijado inicialmente.

Por su parte, Ribas se muestra solidaria con todas aquellas personas que no tienen hogar en la isla, pero considera que «hay cosas más importantes en las que gastar el dinero». En este sentido propone construir casas nuevas «en los solares que tiene el Ayuntamiento» para las personas afectadas. Lo mismo opina Lidia Pérez, también vecina del barrio. «Este edificio se podría destinar perfectamente a hacer talleres que ayuden a las personas sin hogar a encontrar trabajo», explica esta vecina. Para Pérez, que haya un albergue en la isla «está bien», pero considera que «se necesita un espacio más grande y que no esté tan céntrico», añade.

No sólo los vecinos se oponen, algunos de los comercios y bares del barrio también. «No queremos una calle como la de Cáritas aquí», apuntan, al tiempo que dicen que «pasear por allí es pasear entre basura, meadas y gente en malas condiciones». Ni las firmas recogidas, ni las huelgas, ni siquiera la consulta celebrada hace unos meses han conseguido frenar el objetivo del Ayuntamiento, que ya está redactando el proyecto de demolición del edificio.

La mayoría lo tiene claro y piensa que el lugar idóneo para ubicar el futuro albergue está en es Gorg y así lo rezan las pancartas que algunos vecinos han colgado en sus balcones y que mantienen a la vista pese al paso del tiempo. «Queremos que esta gente tenga un sitio en el que quedarse; una cosa no quita la otra, pero aquí no. Es Gorg está más lejos, pero hay autobuses que son gratuitos», explican. Y es que ninguno quiere «esquivar borrachos» a la salida de su casa. En esta línea, Antonio Ribas, vecino del Eixample Nou, asegura que «hay gente que vive aquí, trabaja en el Consell y se oponen a ver este ambiente cada vez que pisen la calle».

Por una cosa o por otra, la decisión por parte del vecindario es unánime y seguirán gritando «no» a la construcción de un albergue que lleva casi dos años generando polémica. La pregunta que plantean los vecinos que se muestran en contra es: «¿Te gustaría a ti que hiciesen el albergue en tu calle?».