Diversión y caras de felicidad. Así se puede resumir el día de ayer en Sant Antoni y Jesús, dos de las localidades de la isla que organizaron actividades para recordar -o quizás para no olvidar- lo que se hacía antiguamente en este día tan especial para los ibicencos.

La reminyola popular organizada en Jesús junto con Sa Colla de l’Horta y la comisión de fiestas del pueblo superó la expectativas de los organizadores. «Hay tantas cosas estos días en tantos sitios que no esperábamos que viniese tanta gente», dijo Vicente Juan Torres, presidente de la comisión, al tiempo que contaba que desde que celebran este día desde hace tres años, este ha sido el de mayor participación ciudadana. Con cara de satisfacción explicó que se trata de un día que «conserva las tradiciones» que necesitan de una mayor dedicación para que no desaparezcan. Con la ‘trencada’ de fruits secs, los panellets y bunyols preparados allí mismo y las más de 200 raciones de frita de porc, los asistentes pudieron disfrutar de un día familiar en el que tampoco faltaron los juegos para los más pequeños. «Hemos hecho una prueba de orientación por el pueblo con los niños y nos hemos pasado toda la mañana corriendo», dijo Torres entre risas sabiendo que no solo los peques habían disfrutado, sino también los mayores.

En Sant Antoni la celebración del día de ‘Tots Sants’ tampoco dejó indiferente a nadie. A primera hora de la mañana la Associació Artesanal de Portmany preparó chocolate para todos los que se acercaron al Passeig de Ses Fonts para disfrutar de las actividades preparadas por el Ayuntamiento. «Hacemos la chocolatada en directo con 12 litros de leche, dos de agua y tres de chocolate y el ‘jefe’ se encarga de ir removiéndolo», explicó su presidente, José Miguel Moreno, refiriéndose a uno de sus compañeros. «Lo más bonito de este día es ver cómo los niños disfrutan. Aparte de trencar frutos secos tienen juegos, pintan y bailan con el ball pagès de las collas», añadió. Y tanto que disfrutaron. Mónica, una de las ayudantes de la Escuela de Tiempo Libre y Animación de Sant Antoni, ayudaba a los más pequeños a hacer su rosario de golosina o fabricar un animal con piñas y nueces. En el otro lado se saltaba a la comba y algunos se tapaban los ojos con un pañuelo para buscar ‘a oscuras’ al resto de sus amigos.

«Yo la trencada la he celebrado desde pequeña y ahora traigo a mi hijo para seguir con la tradición y de paso estar con la familia», contó una de las vecinas del municipio. En su caso, hace años celebrara esta fiesta la víspera al 1 de noviembre y dejaba las cáscaras de la trencada a la vista de las ánimas para que vieran que había celebrado el acto. «Al día siguiente las recogíamos, pero ahora ya se hace todo el mismo día». Otro padre allí presente agradecía al Ayuntamiento su implicación para que este tipo de celebraciones sigan perdurando en el tiempo. «Lo he vivido desde pequeño con mi familia. Ahora tengo dos niños pequeños y quiero que el día que tengan hijos también quieran enseñarles estas tradiciones. Ahora no son muy conscientes, pero si se lo pasan bien tendrán un buen recuerdo y querrán repetir».

Un día que estuvo lleno de tradiciones y que, sin duda, unió más que nunca a los pequeños de la casa con sus familiares. Ahora habrá que esperar un año para poder repetir el día de ayer.