Imagen de archivo de la comisaría de la Policía Nacional de Ibiza.

La Policía Nacional ha detenido en varios aeropuertos españoles a medio centenar de personas, cuatro de ellas en Ibiza, relacionadas con una organización que traficaba con ciudadanos albaneses con destino al Reino Unido y que ha sido desarticulada en una operación conjunta con Grecia, donde se ha arrestado a los integrantes de la banda.

Según informó ayer la Policía, la organización tenía su base en Atenas, donde se ha detenido a sus 21 miembros, entre ellos su principal responsable.

En la capital helena también se han desmantelado tres laboratorios utilizados para la falsificación de documentos, en uno de los cuales se han encontrado más de 300 DNI y pasaportes españoles que fueron robados en 2014 en la oficina de documentación de Salvaterra do Miño (Pontevedra).

La operación, en la que también han participado agentes de la BKA alemana, todos ellos coordinados por Europol, tiene su origen en informaciones de dos investigaciones diferentes que iniciaron de manera simultánea la policía española y la griega.

La española giraba en torno a inmigrantes que pretendían llegar ilegalmente a destino utilizando aeropuertos del territorio nacional, ya que desde hacía un tiempo se venía detectando un tránsito continuo de ciudadanos albaneses hacia el Reino Unido, todos ellos con documentos griegos o chipriotas.

Esta rama de la investigación se ha concluido con la detención de cuatro personas que transitaban por el aeropuerto de es Codolar, tres en Palma, 12 en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas camino del Reino Unido, nueve en el aeropuerto de Alicante, 11 en el de Málaga, dos en el de Barcelona, otras tantas en Tenerife Sur y una en Gran Canaria.

Tras constatar que los documentos que portaban los detenidos tenían todos el mismo origen, los agentes averiguaron quiénes gestionaban los viajes, todas ellas personas asentadas en Grecia.

Otra investigación de la policía griega en torno a una organización de falsificadores de documentos se cruzó con la española y los cuerpos policiales concluyeron que ambas se centraban sobre las mismas personas, por lo que a partir de ese momento se trabajó conjuntamente.

Según la investigación, dentro de la organización había algunos miembros encargados de captar a jóvenes albaneses que habían huido de su país buscando oportunidades, a los que convencían de que las encontrarían en el Reino Unido y les facilitaban la documentación falsa.