El negocio ha cambiado mucho. Las nuevas tecnologías han hecho mella. También la compra por Internet. Sin embargo, las librerías de la isla de Ibiza afrontan hoy el Día de las librerías que desde hace siete años organiza la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal) con optimismo. Tras pasar una importante crisis en los últimos años han mejorado las ventas, el papel sigue más vivo que nunca imponiéndose al libro electrónico y poco a poco las librerías se han ido reinventando convirtiéndose en pequeños centros culturales de barrio donde se organizan todo tipo de actos. Y por si todo eso fuera poco, queda el romanticismo del trabajo de librero, esa personas que amablemente charlan contigo un rato mientras te recomiendan la última novedad o la obra que mejor se acomoda a tus necesidades.

A pesar de todo, todos los entrevistados por PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA coinciden en apuntar que el de hoy «todavía no tiene el arraigo necesario para convertirse en un día especial» para el gremio en Ibiza. De hecho, ninguno de ellos hará eventos especiales, más allá de algunos descuentos especiales, y todos aseguran que no es un día en el que se note un aumento especial en la cantidad de libros vendidos como si es el 23 de abril, día del Libro.

Del mismo modo todos coinciden en que «nadie puede dar por muerto al libro en papel porque está muy vivo y coleando». Por ejemplo, Santi Marí, dueño de la Llibrería Vara de Rey, abierta en el paseo del mismo nombre de la ciudad de Ibiza en 1972, aseguró ayer a este periódico que aunque el negocio ha cambiado mucho en los últimos años «el libro sigue gozando de muy buena salud». De hecho, según sus estimaciones, los libros digitales, «que parecían que iban a tener un boom tremendo, terminando con el ejemplar de toda la vida, se ha estancado mucho en los últimos años y el nivel de venta es muy inferior a lo que se pensaba».

Lo mismo sucede, según sus palabras, con la venta de libros a través de Internet. «Es cierto que las grandes plataformas como Amazon hacen mucho negocio pero nosotros, por ejemplo, aunque tenemos abierta la página web de la librería para que la gente compre el libro desde su casa, hemos notado que las ventas a través de este soporte son muy discretas comparadas con las que se hacen en la tienda».

Trato personal y cercano

Algo que se debe, según explicó por ejemplo Maruja Riera, responsable de librería en Llibrería Vara de Rey desde hace más de veinte años, al trato personalizado que encuentras en estos establecimientos. «Comprar por Internet y delante de una pantalla es muy frío y distante mientras que si vienes a la tienda, hablas con nosotros, te podemos asesorar y puedes ojear el libro o mirar la portada y las ilustraciones, y eso al final, es mucho más bonito y más cercano».

Una opinión que también comparte Pedro González, librero de Sa Cultural, situada en el número 11 de la calle Bisbe Abad y Lasierra de Ibiza. No es para menos, este madrileño es uno de los libreros más vocacionales que existen y sigue disfrutando «como un niño cada vez que alguien se acerca a la librería para pedirle recomendación sobre un libro» y asegura que «no hay nada más bonito que el contacto en persona y nada más reconfortante que luego venga esa misma persona para agradecerte tu recomendación».

Lo mismo sienten Jean Pierre Quiroz, responsable de librería de Hipérbole, en el número 1 de la calle Bisbe Carrasco, y Vicent Marí, responsable de la Llibreria Mediterrània del número 70 de la Avenida de España de Ibiza.

Este joven, que en 2015 decidió hacerse cargo un negocio con más de 20 años de historia que hasta entonces regentaba Miquel Costa, aseguró a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA «que aunque día a día hay muchísimo trabajo, todo el esfuerzo se compensa con la visita de los vecinos, el contacto personal con el cliente y con una charla agradable sobre lo que publica ese día el diario o que libro nuevo se acaba de publicar».

Pequeños centros culturales

A pesar de que en los últimos años se ha notado un repunte en las ventas del libro en papel y de que el sector poco a poco se va recuperándose resistiendo a las nuevas tecnologías, lo cierto es que las librerías en los últimos años se han ido transformando. Atrás queda esa tienda oscura llena de estanterías en los que no cabía un libro y donde encontrar el que te gustaba era como vivir la Odisea del poeta griego Homero. Ahora, todas ellas optan por lugares más luminosos y acogedores en el que se celebran distintos eventos paralelos como talleres, presentaciones de libros, recitales de poesía o incluso conciertos. «En los últimos tiempos hemos vivido una gran transformación del negocio después de exitosas iniciativas que han triunfado en las grandes ciudades y ahora, la librería se ha convertido en un pequeño centro desde el que se gestiona o disfruta la vida cultural del barrio donde están ubicadas», explicó Pedro González, quien ha apostado por esta forma de entender las librerías en Sa Cultural.

También lo han entendido así el propio Vicent Marí y la librería especializada en público infantil Barco de papel, situada en el número 19 de la calle Baleares de Ibiza. El primero organiza de forma regular exitosas presentaciones de libros en catalán o referentes a la vida y la historia de Ibiza y Formentera editados por la Editorial Mediterrània, mientras que la segunda, apuesta por talleres de manualidades para los más pequeños de la familia o actividades relacionadas con las tradiciones pitiusas. Además, Barco de papel es muy activa en las redes sociales recomendando a través de su perfil de Facebook obras de forma regular para todos sus seguidores.

Y es que toda idea es buena con tal de seguir luchando para que las librerías puedan seguir disfrutando un año más de su día y puedan seguir recomendando libros que permitan a generaciones y generaciones viajar hasta mundos imposibles, tierras lejanas y épocas remotas metiéndose en la piel de todos aquellos que nunca serán y, sobre todo, a través de la magia de un texto impreso en una hoja en blanco.