El debate continúa abierto y la decisión tomada por el Ayuntamiento de no levantar la barrera al puerto viejo o fachada marítima sigue sin gustar a los vecinos y comerciantes del puerto de Ibiza. Cabe recordar que desde el pasado 30 de octubre la barrera a la Marina dejó vía libre de acceso a los vehículos, mientras que la barrera al puerto viejo sigue teniendo limitación de entrada y salida para los vehículos con un horario de 7 a 11 horas de la mañana y de 16 a 18 horas de la tarde. Son muchos los que califican la situación de «incomprensible» ya que consideran que de noviembre a abril el flujo de gente es mínimo y afecta, directamente, a los pocos comercios que siguen abiertos todo el año.

En este sentido, la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto de Ibiza presentó hace unos días un escrito a Autoritat Portuària de Balears (APB) para que se permitiera el acceso al puerto. Un escrito que hasta el momento no ha recibido respuesta y que, en palabras de su presidente, Joaquín Manuel Senén, les obligará a escribir directamente al Ayuntamiento. «Ya nos hemos reunido tres veces con el alcalde y su respuesta siempre es negativa, pero nuestra intención es volver a insistir a ver si cambia de parecer».

Senén está convencido de que la idea del Consistorio es hacer del puerto una zona peatonal como la de Vara de Rey, pero considera necesario buscar un «sistema» que permita reducir el actual problema de accesibilidad. «Vas sumando, vas sumando y con esto van a conseguir que, al final, no abra ningún comercio en invierno. Esta temporada va a ser tan mala como la del año pasado», explica. Y es que desde la Asociación son conscientes de la necesidad de controlar la zona para evitar colapsos, pero piden «sentido común» a la hora de hacerlo. «Antes ponían la barrera en julio y en agosto a partir de las siete de la tarde porque es cuando hay más tráfico de gente.

En este sentido es comprensible y lo entendemos, pero que cierren casi todo el día y dejen calles vacías a las tres del mediodía en plena zona turística no tiene sentido», critica Neus desde una tienda de souvenirs del puerto.

Lo mismo opina Yolanda, camarera de un céntrico restaurante, quien asegura haber sufrido pérdidas económicas con motivo de la limitación de acceso. «Cuando no estaba puesta la gente se acercaba mucho más. Encima ahora que hace frío se lo estamos poniendo más complicado a la gente». Una situación que afecta también a los repartidores que trabajan en esta zona de Vila. Es el caso de Tardona, un trabajador de Seur que lleva 21 años repartiendo paquetes por el puerto y «sin duda este ha sido el peor de mi vida». Su trabajo se ha visto afectado por las dos barreras que han bloqueado el acceso a la Marina y al Puerto. «Lo que tengo que hacer es aparcar fuera y andar, andar, andar, además de tener que buscar aparcamiento. Ahora la Marina está abierta, pero sigue estando prohibido aparcar en zona azul en carga y descarga a partir de las 11 de la mañana», cuenta al tiempo que matiza que «la mayoría de los comercios no abren hasta pasadas las 10 de la mañana y voy muy justo».

Comerciantes y vecinos comparten opinión respecto a este tema. «Tener una zona peatonal es muy bonito, pero nada práctico, más aún cuando dejan pasar a unos coches sí y a otros no sin criterio», apuntan. Y es que, para ellos, la barrera que sigue restringiendo el acceso al Puerto está apagando la vida de la zona más histórica de la isla.

EL DETALLE

Los comerciantes piden a Vila que se centre en asuntos «más importantes»

Mientras el objetivo del Consistorio sigue siendo reducir al máximo el tráfico de vehículos en la Marina y el Puerto, los comercios afectados por esta decisión piden mayor apoyo en otros aspectos que consideran «más importantes». En este sentido, piden más información acerca de los aparcamientos disuasorios porque, aseguran, «hay mucha gente que no sabe que puede aparcar gratis allí y luego cogerse un autobús». En esta misma línea critican el precio de algunos aparcamientos que «llegan a cobrar hasta cuatro euros por estacionar una hora». Tampoco se olvidan de la zona azul que no te permite pagar más de dos euros con lo que «tienes que ir deprisa y corriendo a hacer todo para que no te multen».

Quejas también en cuanto a la seguridad en el centro de Vila donde «no ves policías ni en pintura», señala Joaquín Manuel Senén, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto, quien no se olvida tampoco de la «falta» de limpieza en esta zona.