Francisco López con la denuncia que no permite que su hijo estudie en catalán y castellano. | DANIEL ESPINOSA

Francisco López tiene un niño de cuatro años al que no puede llevar a un colegio público en Ibiza en el que impartan clases en castellano. «La educación aquí de los tres a los seis años es en catalán. A partir de los seis ya incluyen asignaturas en castellano, pero son asignaturas secundarias y las que decida cada centro», cuenta.

Este padre, que no está en contra del idioma que se enseña en las aulas, lo que pide es que los colegios impartan una enseñanza al 50% en castellano y en catalán. «No entiendo la cabezonería de enseñar en catalán todo el día cuando se puede hacer de las dos maneras», explica. Motivo que, hace ya siete meses, le llevó a presentar un contencioso administrativo en el juzgado de instrucción número 3 de Palma. «Lo que hemos hecho ha sido denunciar a la Consellería de Educació y a los tres centros que conocemos», puntualiza.

Su caso va más allá del resto de denuncias puestas por peticiones similares. «Cuando a tí te dan una hoja para inscribir al niño en un colegio de Balears, en la parte de atrás y al final del todo, aparece un texto en catalán en el que pone que en el momento que el niño pise el colegio o el padre firme la instancia, estás aceptando el Proyecto Lingüístico del centro y el Proyecto Educativo de las islas», señala. Es aquí donde muchas instancias se quedan en el camino.

Por eso, su caso es diferente. «El juzgado número 3 le pidió a la Consellería que diera respuestas a mi demanda e hicieron un recurso de 19 páginas en el que, básicamente, repetían todo el rato que ellos tienen su lengua vehicular y que tienen derecho a poder elegir el tipo de enseñanza que dan», explica. En este sentido, cuenta que el juzgado no tenía competencias para poder decidir y envió la demanda al Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). «Hace dos semanas nos enteramos de que han decidido admitirla a trámite y ahora tenemos que esperar».

López sabe que aunque una sentencia obligara al Govern a implantar el castellano a partes iguales con el catalán en las aulas, pueden no llevarlo a cabo. «Puede pasar y entonces tendría que ir con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia al Tribunal Constitucional». Si en el caso contrario el resultado no es el esperado, recurrirá «hasta que agote todas las vías judiciales». Y es que, aunque es consciente de que los cambios no llegan «de la noche a la mañana», espera, con su caso, poder ayudar a otras familias que estén en la misma situación. «Tuve que inscribir a mi hijo en el único colegio privado de la isla que me aseguraba una enseñanza en castellano, pero no todo el mundo puede hacerlo», señala. La realidad es que López paga 650 euros mensuales por la educación de su hijo al no tener otra alternativa en la isla.

«Es un gasto muy grande. Te pones en una letra de una hipoteca más», matiza sin olvidar que las ayudas por parte del Gobierno a la educación privada en las comunidades autónomas que tienen lengua vehicular es a partir de los seis años. «También estoy peleando por esto en el Ministerio de Educación. No entiendo que haya una comparativa entre un niño de tres años y uno de seis. Sé que cuando mi hijo llegue a esa edad me van a dar 6.000 euros a fondo perdido, pero ahora no recibimos nada», critica.

¿A favor o en contra?

A raíz de que el Tribunal Superior de Justicia de Balears haya decidido admitir a trámite la demanda interpuesta por López, no todas las opiniones de la población residente en las islas coinciden con este padre. «Muchos se piensan que estoy atacando a su idioma y no ataco nada. Quiero que los niños salgan del colegio con la mayor formación posible», puntualiza. En este sentido, lo ideal para él sería que «estas islas recuperaran su identidad lingüística, es decir, que tuvieran su propia lengua, que estudiaran sus raíces sin inventarse su historia».

Aunque muchos le dicen que la solución está en irse de la isla, este padre dice que seguirá luchando. «En Cataluña hay sentencias favorables, pero obligan a los colegios a dar clases en castellano mediante un profesor que le ponen al niño que hace que se le aparte del resto de la clase», señala. En este sentido, López no quiere esto, «lo que busco es que los colegios den las clases en castellano y en catalán. Nada más».