Santa Cecilia, patrona de los músicos, se dejó ayer caer por la pequeña localidad de Sant Agustí. Fue gracias a la iniciativa puesta en marcha por la tarde por los miembros de la Escola de Música de Can Blau de organizar una serie de talleres, juegos, concursos, conciertos y hasta un partido de fútbol en los que participaron pequeños y mayores a partir de los seis años de edad.

Todo comenzó en torno a las 16.30 horas. Durante una hora más o menos todos aquellos que acudieron hasta Can Blau pudieron disfrutar con varias actividades que tenían en la música a su gran protagonista. Además de los tradicionales pintacaras para niños, padres y madres, llamó especialmente la atención un taller de elaboración de instrumentos musicales con material reciclado. Según explicó Óscar Palerm, director del centro y profesor de piano, «es asombroso cómo con unos pocos cartones de leche, latas, globos o gomas elásticas se pueden construir unas sencillas guitarras o como con unas simples mangueras o unos embudos unas fantásticas trompetas». Y tanto porque viendo la cara de sorpresa de los niños, el éxito de este taller fue asombroso.

También destacó otra actividad que consistía en la elaboración de unas simpáticas chapas y broches elaborados con material Goma Eva o Foamy relacionadas con los instrumentos musicales para poder llevar en las mochilas y un concurso de notas largas, en el que se invitó a todo aquel que lo deseara para que hiciera soplar una flauta dulce el mayor tiempo posible. Incluso se celebraron unos partidos de fútbol, sin rivalidad alguna, que enfrentaron durante unos minutos a equipos compuestos por profesores del centro y alumnos que cursan sus estudios en las secciones de Viento Madera o Viento Metal.

Después, tras más de una hora de juegos y talleres, la música invadió Can Blau. La Banda Municipal de Sant Josep, compuesta actualmente por 35 miembros y que ensaya dos veces por semana en este centro, salió acompañada de los miembros de la banda juvenil para hacer un pasacalles por la puerta hasta la iglesia de la localidad y volvió en apenas unos minutos, aprovechando que en Sant Agustí todo está muy cerca. Fueron unos momentos muy animados en los que las pequeñas calles del pueblo se inundaron con todo tipo de tonadas y notas que surgían de todos los instrumentos participantes.

Y finalmente para concluir este homenaje a Santa Cecilia todos los participantes disfrutaron con una magnífica chocolatada mientras disfrutaban con un pequeño concierto impartido por el coro de Can Blau.