Aunque es habitual ver la estampa de las calles desiertas de la Marina en invierno, los valientes propietarios de los pocos establecimientos que abren sus puertas más allá del 1 de noviembre coinciden en que este año el barrio está más muerto que en años anteriores. El 80% de los locales que abren durante el verano ya no volverán a abrir sus persianas hasta la próxima temporada. Y la mayoría lo hace solo unas horas durante el día. A partir de las seis de la tarde cuando anochece, la Marina se convierte en un barrio fantasma y el porcentaje de locales que tienen sus puertas cerradas asciende al 90%. Algunos restaurantes abren exclusivamente durante el fin de semana.

Salvo unos pocos bares y alguna tienda, en primera línea está ya todo cerrado y en la Marina los carteles de ‘se traspasa’ se han multiplicado en las puertas de los diferentes establecimientos. Yana es propietaria de una de las pocas tiendas de ropa que todavía permanecen abiertas. «Estamos de momento abiertos pero vamos a cerrar en unos días. Recogeremos las cosas y hasta el año que viene, hasta marzo o Semana Santa», comenta. Asegura que «la ciudad no hace nada para que la gente venga a la Marina». Según señala, un cúmulo de circunstancias hicieron que la pasada temporada fuera peor que años anteriores y que ella resume en la falta de aparcamiento, las obras y la barrera que durante todo el verano cerró el acceso a la Marina.

Bernardo, propietario de la tienda JS, ubicada junto al Mercat Vell, lleva 30 años en la Marina y asegura que esta temporada le han salvado los clientes fijos. «Gracias a esos clientes que vienen en primavera y otoño que hacen grandes compras porque con los cruceros no facturas», lamenta.

En su opinión, esta temporada «ha costado más vender que otros años». «Ha habido que luchar con precios y calidad», afirma. De hecho, ha sido el balance negativo de esta última temporada lo que ha provocado que algunos negocios que abrían antes en invierno hayan decidido cerrar sus puertas el 31 de octubre.

A pesar de eso, Bernardo responsabiliza a los propios comerciantes del estado del barrio y opina que el resto de establecimientos debería animarse a abrir también durante el invierno. «En Mallorca, por ejemplo, están todas las tiendas abiertas. Además, no hace falta abrir todo el día. Basta con un ratito por la mañana», señala Bernard, quien añade que «hay que cuidar al cliente».

Su intención es permanecer abierto todo el invierno y cerrar después de Reyes unas semanas como hace habitualmente pero, de cara al próximo año, ya no contratará a la empleada que tenía para abrir durante todo el día.

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En la puerta de la tienda de ropa Fashion Pirate cuelga el cartel de ‘se traspasa’. Pero, a pesar de eso, sus propietarios se resisten a dejar el negocio. Denise, empleada de la tienda, cuenta que van a continuar durante buena parte del invierno. «A ver cómo va diciembre. Igual cerramos en enero y febrero porque está muy tranquilo».

No obstante, a pesar de la mala temporada, los responsables de este comercio no tiran la toalla y creen que el próximo año las cosas pueden cambiar en la Marina. «Cada año es diferente en Ibiza. Confiemos en que el que viene sea mejor», señala.

EL DETALLE

Comerciantes «desmoralizados» tras la mala temporada turística

«Hemos dado un paso atrás. Los comerciantes están muy desmoralizados por la pasada temporada y no tienen ganas de perder más dinero». Desde la Federación de Comerciantes La Marina-Puerto de Ibiza lamentan que los intentos por alargar la temporada se hayan frustrado este año tras una campaña de verano «extraña» con unos meses de julio y agosto en los que todos se quejaban de la falta de clientes. «La temporada al final se arregló, sobre todo en septiembre y octubre aunque eso no te salva el verano», explican. Los comerciantes de la federación reclaman la programación de actos en el puerto y la Marina para atraer a la gente. «Con el Ibiza Light Festival muchos locales aguantaron abiertos. Pero si no hay nada, cierran».

Asimismo, piden abrir la barrera del puerto para que puedan acceder los vecinos. «No es normal que en invierno que no hay nadie solo sea para peatones», señalan.