Seis meses de cárcel y 1.740 euros en concepto de multa. Es la pena impuesta ayer a un joven de 28 años acusado de un delito de resistencia y de lesiones a los agentes que le interceptaron mientras estaba bebiendo en una calle de Platja d’en Bossa.

La titular del juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza, Clara Ramírez de Arellano, dictó la sentencia de conformidad que previamente habían acordado el Ministerio Fiscal y la defensa del acusado.

El abogado Juan María Ormazábal apuntó que la pena quedaba en suspensión durante dos años y significaba una rebaja ya que la petición inicial de Fiscalía era de diez meses de prisión.

El acusado tenía un antecedente penal ya que en 2013 fue condenado por un juzgado de Madrid a 8 meses y dos días de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol.

Platja d’en Bossa

Los hechos juzgados ocurrieron el 16 de julio de 2014, cuando tres guardias civiles de paisano procedieron a la identificación del joven que estaba bebiendo en la vía pública. Según el escrito de acusación, los agentes se identificaron mostrándole la placa profesional, instante en que el joven se deshizo de uno de los agentes empujándole, «haciéndole caer al suelo y ocasionándole una contusión en rodilla y hombro». Acto seguido, el acusado se dio a la fuga y fue perseguido por dos agentes que lograron interceptarle a la altura de la calle sa Pobla. El relato de los hechos apunta que tuvo que ser reducido «ante la fuerte oposición del joven que lanzaba patadas y manotazos». Por estos hechos, estos dos agentes también sufrieron pequeñas lesiones. Uno de los agentes también reclamó los daños sufridos en unas gafas.

El joven, que en el momento de los hechos se encontraba en Ibiza de vacaciones, argumentó que salió corriendo asustado, pero que no agredió a ningún agente.

La sentencia recoge que el joven deberá indemnizar a los agentes de la Guardia Civil con 890, 600 y 250 euros, en concepto de responsabilidad civil.