Foto de familia de todos los estudiantes ibicencos que han participado en el proyecto. | S. Aguado

El centro de interpretación de Es Amunts en Sant Llorenç acogió esta semana una conferencia sobre un proyecto sobre la posidonia llevado a cabo por los alumnos de tercer ciclo del CEIP Torres de Balàfia y el CEIP Buscastell.
Crónica d’un viatge eco presenta un proyecto que comenzó en abril de este año cuando el colegio de Sant Llorenç accedió a una convocatoria de ayudas por parte del Ministerio de Educación y Ciencia para llevar a sus alumnos a un Centro Mediambiental, el CEAM Cantabria, en un programa de convivencia con otros estudiantes del colegio Fresnadillas de la Oliva de Madrid. La línea del proyecto subvencionado debía basarse en el turismo sostenible, por lo que los escolares se convirtieron en los embajadores de la posidonia oceánica trasladando a la Península todos los conocimientos al respecto y llevándose consigo una experiencia inolvidable.

Aunque la semana de convivencias tuvo lugar en octubre, en los centros han estado trabajando duro a lo largo de todo el año para adquirir la teoría necesaria así como práctica, como por ejemplo una excursión en kayak a es Figueral para ver de cerca las praderas de posidonia. «Los alumnos se fueron preparando muy bien el tema, no solo a nivel teórico sino también sobre qué pueden hacer ellos para ayudar», explicó a este periódico la directora del Torres de Balàfia, Rosa Colomar, quien también compartía los valores que determinan a su escuela, como «el respeto medioambiental es un poco la filosofía de es Amunts y creemos mucho en la capacidad de actuar. Los alumnos han estado mucho en contacto con activistas».

Con esta premisa, 20 alumnos ibicencos se pusieron en marcha y emprendieron un viaje de cinco días por tierras cántabras con la misión de actuar en pro de la posidonia. De esa misión habló cada uno de los estudiantes de Primaria de Sant Llorenç en su conferencia. Expusieron las actividades desarrolladas en el CEAM de Cantabria, como el geocaching (encontrar tesoros), recogida de basura en la playa, visitas al museo marítimo, donde vieron un «calamar gigante», a las cuevas de Altamira o a Santillana del Mar.

Juegos manuales

Cada uno de ellos expresó lo que mejor se llevó del viaje, «las diferencias arquitectónicas de Ibiza y Cantabria» o las diferencias entre los tipos de plásticos, labor dentro del programa del CEAM Océanos de plástico, cuyo documental sobre los estragos de este material en el mar y en los seres vivos se exhibió al finalizar las ponencias. Asimismo, los niños y niñas hablaron de las actividades de cohesión entre los diferentes colegios. «Hicimos un juego de la oca de la posidonia entre todos», explicaron. Dichos juegos manuales estaban disponibles en el hall del centro de interpretación, además de toda la información medioambiental necesaria y merienda para los asistentes.

Ante todo, el contenido del proyecto se ha basado en transmitir la imperante necesidad de proteger esta planta marina y mostrar las acciones necesarias para mantenerla ante su baja capacidad de regeneración. Para algunos de los alumnos la posidonia es «la guardería de los animales marinos».

Su experiencia les ha valido para querer concienciar a toda la población sobre la problemática de su desaparición, empezando por familiares. «Ahora, el plan de acción es dar a conocer a las familias lo que pueden hacer, desde reciclar hasta demandar más implicación a la Administración de cara a la protección de la posidonia, como limitar las embarcaciones o vigilar el fondeo», recalcaba Rosa, que del mismo modo recomienda a otros centros inscribirse a la convocatoria.