El paje real llenó ayer de ilusión las calles de Santa Eulària. Fotos: DANIEL ESPINOSA

Los niños más rezagados y los más espabilados con más de una carta durante estas Navidades para Melchor, Gaspar y Baltasar tuvieron ayer por la tarde su última oportunidad para entregar sus deseos a los pajes reales en Santa Eulària y en Sant Antoni.

En la Vila des Riu fueron muchísimos los que esperaron hasta el último día. Un año más había muchísimas ganas de ver al enviado de sus Majestades de Oriente en persona y por ello, bastante tiempo antes de que apareciera, ya había muchos niños con sus familias esperando al ritmo de villancicos en la Plaza de España, junto al Ayuntamiento de la localidad.

Al final la espera mereció la pena. Cuando el paje real apareció subiendo por el paseo de S’Alamera tras recorrer la calle del Sol, la calle Sant Jaume, la calle Sant Llorenç y la calle del Mar, los nervios se multiplicaron junto al escenario instalado frente al edificio del consistorio. Lo hizo precedido por un vehículo del Ayuntamiento en el que se veía una gran Estrella de Belén y montado en una fabulosa carroza con forma de trono, decorada con luces LED y coloreada en tonos azules y plateados. En ella iban también sus tres ayudantes, muy importantes para ayudarle a descender de su carroza, acompañarle hasta el escenario y permitir a los niños entregar su carta en mano. Y de paso, dejar que sus padres les hicieran la foto correspondiente. Y luego vuelta a casa, con los nervios a flor de piel y dispuestos a disfrutar con las cabalgatas de hoy con la mente puesta en la mañana del sábado donde verán por fin si los Reyes Magos han leído su carta.