A falta de actividades para hacer durante el fin de semana en Ibiza cientos de personas se han apuntado a las visitas guiadas por Dalt Vila que organiza la asociación Amics d’Eivissa. La primera será este domingo a las 11.00 horas y el éxito de convocatoria ha sido tan grande que la propia asociación ha tenido que programar otras dos más para los domingos 21 y 28, quedando sólo plazas libres para éste último día. Los interesados en apuntarse pueden mandar un correo electrónico a amicseivissa@gmail.com.

Un éxito que ha sorprendido a los organizadores obligando incluso a realizar algún cambio sobre el itinerario previsto. En este caso se trata de una variación que beneficiará a los participantes ya que como explicó a Periódico de Ibiza y Formentera la guía de la actividad, Silvia Lovazzano, «se ha incluido además de la visita al Museo Puget otra al Centro de Interpretación Madina Yabisa, situado justo antes de llegar a la plaza de la Catedral».

Las visitas son gratuitas, duran unas tres horas, y el punto de encuentro es el Portal Nou, al lado del Parque Reina Sofía de Vila. Según Lovazzano, «tras una breve explicación de la historia de Ibiza en la que se habla de fenicios, púnicos, cartagineses, romanos o visigodos, comienza un recorrido que tiene como eje las murallas, aprovechando que Ibiza es, junto con Malta, una de las pocas ciudades del mundo que conservan intactas sus recinto amurallado construido en el Renacimiento».

Las caballeros de las murallas de Ibiza

Así, tal y como aseguró la guía de la actividad, durante la visita se podrá conocer información, anécdotas y algún que otro secreto sobre este amplio recinto, «conocido como la Real Fuerza de Ibiza».

Por ejemplo, Lovazzano hará especial hincapié en los caballeros, «unos bastiones elevados, adaptados a los desniveles del terreno, que servían para evitar la entrada de los enemigos por alguna de las puertas de la muralla», y que, por lo general, suelen pasar inadvertidos para los turistas de Dalt Vila. Hay dos, el Caballero de Sant Lluc, «construido en 1596 en el baluarte de Sant Joan» y el Caballero de Santa Bárbara, «situado frente al baluarte de Sant Jordi, en la zona del Castillo y la Almudaina». También habrá anécdotas sobre la vida de Calvi, «como el mucho tiempo que estuvo sin cobrar por parte del emperador Felipe II» o datos sobre época musulmana. «La intención de la visita es poner en valor lo que tenemos en Dalt Vila, con un recinto amurallado perfectamente conservado y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que los residentes o turistas conozcan de forma amena y dinámica la historia del lugar por el que están caminando», concluyó Silvia Lovazzano.

ELEMENTOS QUE PASAN DESAPERCIBIDOS

Los caballeros, unas fortificaciones elevadas para optimizar el fuego de la artillería

Durante la visita se habla de, entre otras cosas, dos caballeros o fortificaciones elevadas que permitían optimizar el fuego de la artillería.

Uno es el Caballero de Sant Lluc, construido sobre el baluarte de Sant Pere para cubrir las zonas que no se alcanzaban con dicho baluarte. Fue proyectado por Antoni Saura a finales del siglo XVI y por el lado que mira a la ciudad se superpone parcialmente a la Torre Nova del recinto medieval. Se accede desde la ronda que baja desde el baluarte de Sant Jaume al de Sant Pere, a través de una gran puerta adintelada con el escudo del gobernador Fernando Zanoguera. Es de planta triangular delimitado por parapetos de poca altura y dos troneras sobre el terraplén y en su lateral oeste tiene una sala abovedada o cuerpo de guardia.

Mientras, el Caballero de Santa Bárbara se construyó entre 1584 y 1585 ocupando el sector suroeste de la zona del Castillo, frente al baluarte de Sant Jordi. A principios del siglo XX se construyeron sobre él edificaciones destinadas a cuarteles militares que se conservaron hasta su sustitución por otros edificios para dependencias del nuevo parador.

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Primero Calvi y después Fratín

Mandadas construir en 1555 por Felipe II para defenderse de los ataques franceses y berberiscos. Fueron encargadas al ingeniero italiano Giovanni Battista Calvi quien aplicó lo conocido como traza italiana para crear un recinto fortificado abaluartado que rodeó exteriormente la fortificación medieval terraplenando el espacio intermedio y construyendo en su recorrido seis baluartes, San Bernat, San Jordi, Sant Pere, San Jaume, San Joan y Santa Tecla.

Calvi murió en 1574 pasando las obras al tambien italiano Jacobo Paleazzo Fratín quien, entre otras cosas, agrandó el recinto fortificado con la ampliación del baluarte de Sant Joan hacia levante ubicando el baluarte de Santa Llúcia en el extremo y cerrando el recinto con el Revellí.