El peso de la población extranjera se ha reducido ligeramente en el cómputo global. | Jaume Morey

Si los años de arranque del milenio fueron los de la llegada masiva de ciudadanos extranjeros las Islas en busca de trabajo, la segunda década del siglo está viviendo el fenómeno contrario: el regreso de los extranjeros a sus países de origen o a otros destinos diferentes a Balears.

Los datos definitivos del padrón de 2017, que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística, avalan esta tesis: en reglas Islas viven casi 2.000 extranjeros menos que hace un año, pero la población ha aumentado gracias a que vuelve a darse una oleada de inmigrantes procedentes de la Península. Eso ha tenido otra consecuencia relevante en el dibujo demográfico de las Islas, la población extranjera supone en estos momentos el 16,7 por ciento del total de los residentes en la Comunitat cuando hace unos años rozaba el 23 por ciento.

Las nacionalidades

Una mirada detallada a la procedencia de los habitantes de Balears también aporta datos para el análisis. Uno de los más llamativos es que los alemanes han dejado de ser el colectivo de extranjeros más importante en Balears y han cedido el testigo a los ciudadanos nacidos en Marruecos. No solo eso, en los últimos diez años, un 34 por ciento de los residentes alemanes han desaparecido de los padrones municipales, mientras que en ese mismo periodo de tiempo se incorporaban un 33 por ciento de marroquíes.

Por ponerlo en cifras: hace 10 años estaban empadronados en las Islas 29.189 ciudadanos alemanes; en 2017, la cifra había bajado a 19.209. Otro tanto puede decirse de los residentes procedentes del Reino Unido: en 2007 eran 19.803 y ahora son 14.981, es decir una caída del 24 por ciento. En el lado opuesto se sitúan los habitantes de Balears que han nacido en Marruecos. Son el primer colectivo por número de integrantes ya que han pasado de 17.935 a 23.919 en una década, un aumento del 33 por ciento.

El caso italiano

Un dato también interesante es el relativo a los ciudadanos italianos, cuyo número se ha incrementado en un 40 por ciento y son la tercera nacionalidad por orden de importancia numérica con un total de 16.877 residentes.

La marcha de los extranjeros a sus países está detrás de la pérdida de población de numerosos municipios de Balears.

La marcha no corresponde a ciudadanos sudamericanos, que han comenzado a crecer ligeramente tras años de caída que se han saldado con el regreso de 30.000 latinoamericanos. Los datos del padrón indican que el descenso de población extranjera corresponde íntegramente a residentes de países de la Unión Europea. Se perdieron 3.052 ciudadanos de todos estos países, caída que se vio compensada con la llegada de ciudadanos de otros países y de la Península.