Así luce, a día de hoy, el Puig de Missa de Santa Eulària. | DANIEL ESPINOSA

El Puig de Missa de Santa Eulària celebra el próximo 12 de febrero sus 450 años de vida. Un aniversario que tanto la parroquia como el Ayuntamiento del municipio quieren celebrar por todo lo alto y para el que han organizado diferentes actividades ese fin de semana.

Será el sábado 10 de febrero cuando se de el pistoletazo de salida gracias a un concierto que correrá a cargo del coro parroquial de música religiosa y en el que se interpretará una pieza religiosa de cada época comprendida en estos 450 años. El mismo día, los asistentes también podrán disfrutar, gracias a Francisco Javier Torres, de una breve historia que contará la evolución que ha tenido en el tiempo la actual iglesia.

Cabe recordar que ésta es la tercera parroquia que ha tenido Santa Eulària desde la época de la reconquista. «La primera sería la que dice la tradición que se cayó al mar, un primer domingo de mayo, al hundirse la montaña. Desde entonces, la misa de Acción de Gracias se celebra el primer fin de semana de mayo», cuenta el sacerdote Vicente Ribas. «Después se hizo otra iglesia, pero se cree que un ataque turco la destruyó y se tuvo que volver a reedificar. Entonces el 450 aniversario es de esta iglesia reedificada», añade.

El domingo 11 de febrero se celebrará una ceremonia de consagración de la iglesia. «En la guerra se profanó y no se llegó a consagrar porque se pensaba que la iglesia no estaba terminada. Por ello, el obispo hará la ceremonia de consagración», explica Ribas. Será ya el lunes 12, día del aniversario, cuando se celebre la misa solemne y la procesión coincidiendo con la festividad del municipio de la Villa del Río.

Además, 2018 será un «año jubilar» para la iglesia. Están programadas exposiciones de pintura y fotografía, además de conciertos de órgano y conferencias, entre otras cosas.

Así se ve el interior de la iglesia actualmente. Foto: DANIEL ESPINOSA

Sumando visitas

La iglesia de Santa Eulària es muy signicativa para sus vecinos porque es donde han celebrado algunos de los momentos más importantes de su vida. Así lo entiende Ribas que dice que cada vez se hacen más bodas allí, incluso de gente que vive al otro lado del charco. «En 2017 hemos casado a gente de México y Estados Unidos, además de unir en matrimonio a ingleses, franceses, alemanes e italianos. También a gente de otras parroquias de Ibiza que eligen la iglesia de Santa Eulària para este día tan importante».

Se puede decir, entonces, que el Puig de Missa es un lugar muy frecuentado por la gente. Así, su sacerdote corrobora que a la misa de las 11.00 horas acuden muchas personas y «cada vez más son extranjeras». Aún así, ve un inconveniente. «Está en una montaña, que está muy bien como punto de referencia, pero para las celebraciones ordinarias de cada día es un poco incómodo».

Por ello, en los años 50 se construyó una capilla en el convento de las monjas. «Ahí tenemos el despacho parroquial, las misas diarias y dos misas los domingos. Para la gente mayor es más cómodo ir a la capilla que subir a la iglesia, aunque siempre hay quien lo hace como tradición y sigue subiendo la montaña».

Imagen de la coleccción J.Mª Subirà. Foto: ARXIU D’IMATGE I SO MUNICIPAL D’EIVISSA (AISME)

Una parroquia con historia

Desafortunadamente, no todos los acontecimientos que alberga son dignos de recuerdo. En la Guerra Civil, el patrimonio de 600 años que conservaba la iglesia desapareció entre llamas en un sólo día. «Cuando quemaban otras iglesias sacaban el material a la plaza y prendían fuego. En Santa Eulària fue distinto: lo pusieron todo en el centro de la iglesia y le pegaron fuego», cuenta Ribas. La parroquia estuvo ardiendo durante días, lo que hizo que desapareciera todo el patrimonio que tenía. «Desaparecieron todos los retablos, las imágenes y el archivo de 600 años. No quedó absolutamente nada», lamenta.

Por suerte, detrás de la iglesia veraneaba el Marqués de Lozoya que, en los años 50, era ministro de Cultura. «Él venía a misa y era muy amigo del párroco Vicente Costa, que estuvo durante 40 años aquí, y eso hizo mucho», relata el sacerdote. Y es que la iglesia no tenía retablo después de su quema. La imagen era desoladora: una peana con la imagen de Santa Eulària y un dosel de tela roja decoraban una pared completamente blanca. Un escenario que cambió gracias al Marqués de Lozoya.

«En Segovia estaban restaurando la iglesia de San Millán porque estaba recubierta de barroco y se trata de una iglesia gótica que querían recuperar. Entonces quitaron todo lo barroco y este hombre compró el retablo dedicado a San Millán y se lo regaló a Santa Eulària». Un detalle que marcó un antes y un después, pero que no termina de encajar en la estructura. «Es muy bonito, pero la gente ve que no es el retablo propio de la iglesia.

Es estrecho y muy alto y la iglesia es más ancha. De hecho, no se pudo montar entero», dice Ribas. Nada más lejos de la realidad, el expositor y el altar están en una capilla lateral porque la parroquia no cuenta con la altura suficiente como para colocarlo.

Subiendo al Puig de Missa con el ‘catret’ en los años 30/40. Foto: D. VIÑETS. / AISME

EL DETALLE

La parroquia del municipio está deteriorada por el paso del tiempo

Aprovechando el aniversario, tanto la iglesia como el Ayuntamiento han decidido llevar a cabo una serie de mejoras en las infraestructuras. Una de ellas consiste en impermeabilizar la bóveda porque, según dice Ribas, tiene humedades. Además, se va a blanquear las paredes interiores y exteriores para rejuvenecer su imagen. «Va a englobar a todo el conjunto histórico: paredes, pórticos, casa parroquial, cementerio...». Por otra parte, el Ayuntamiento ya ha limpiado la vegetación que rodeaba a la iglesia y que impedía que esta se viese desde algunos puntos de Santa Eulària. «Han cortado muchos pinos, se han quitado matas y también se han podado sabinas... Ahora se puede ver desde todos los ángulos», explica el sacerdote.