Se acabaron las vacaciones en Es Mercat de Santa Eulària para todos los paradistas que se habían tomado el mes de enero para descansar, viajar y reponer fuerzas. Y parece que también el movimiento de clientes ha aumentado en la plaza de Santa Eulària porque, al contrario que en enero, nos cuesta encontrar un hueco para que nos atiendan en Frutas y Verduras Jiménez. Mientras, nos fijamos en el rotulo del establecimiento en el que indica "Tropicales & Étnicos" y descubrimos una gran cantidad de productos totalmente desconocidos para nosotros como seña de la globalización que se está produciendo también en la alimentación. Así lo comentamos con José Jiménez, titular del establecimiento, que nos cuenta como han llegado aquí alimentos que habitualmente eran cultivados y consumidos en latitudes lejanas como la asiática. "Ahora se están consumiendo en la isla productos que antes no teníamos y ya no se traen de fuera sino que los cultivamos en nuestros campos, aquí en Ibiza. Esto no tiene porque ser malo sino que nos da más posibilidades para elaborar nuestros menús.", nos explica. Otros no opinan lo mismo, y puntualizan que cada alimento crece en una latitud porque responde a las características del lugar y las necesidades alimentarias que tienen los individuos que viven en ellas. En Frutas y Verduras Jiménez podrá encontrar el producto tradicional y, además, una gran variedad de "alimentos globalizados".

Hoy nos vamos a centrar en la tradicional cebolla, uno de los alimentos básicos de la cocina mediterránea. Sin embargo, hay que saber que este bulbo es originario de Asia y fue muy utilizado en Egipto, Roma y Grecia de donde se extendió a España. Hemos encontrado hasta 9 variedades. Las cebollas tradicionales, amarillas y doradas, con piel marrón, la cebolla dulce, totalmente blanca, la roja o morada y la cebolleta, con tallo verde y largo. Pero también llama nuestra atención la chalota o escalonia, con forma ovalada, la cebolla cippolini, achatada, o la pequeña cóctel, muy parecida a un diente de ajo. Además, nos explica José, se vende mucho la de tipo grill o spring onion, más delgada que la cebolleta, de la que se utilizan los tallos y «es muy apreciada por los payeses para hacer el pulpo». Porque cada una de ellas, dadas sus características, tiene un uso específico. La común, amarilla o dorada, es más picante y se utiliza en sofrito o cocida. La cebolleta es mejor para ensalada por su fino sabor, aunque también es estupenda para tortilla cortada muy fina. La cóctel, como su propio nombre indica, se emplea en aperitivos. La cebolla blanca o dulce, debido a su sabor suave y su textura crujiente, es ideal para comer cruda en sándwich o pizza y es muy popular en la cocina latinoamericana, donde se añade a los huevos rancheros, a los frijoles refritos o al picadillo cubano. Las rojas son ideales para usarlas en crudo para platos como el ceviche o sobre tacos, perritos calientes o pizzas, además, con esta variedad, se puede hacer mermelada, muy rica para acompañar carnes. La chalota, por su parte, es de origen francés y se utiliza en salsas y pastas como el curry, tiene un toque a ajo y es espectacular bajo un pollo al horno. Por último, las cebollas cippolini tienen un sabor dulce y son perfectas para hacerlas caramelizadas o asadas.

Este bulbo está compuesto en más de un 90% por agua y contiene pequeñas cantidades de hidratos de carbono y de proteína vegetal. Eso sí, el aporte de grasa de este alimento es nulo, contiene pocas calorías y nos proporciona mucha fibra. En cuanto a nutrientes nos aporta minerales como potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio y yodo, y vitaminas como la C, B3, B6 y B9. Además, contiene principios activos que son los que hacen a la cebolla ser muy beneficiosa para la salud: sustancias azufradas como la alicina, fitoesteroles y flavonoides como la quercitina, que están más presentes en la roja o morada. Todas estas características hacen que la cebolla influya muy beneficiosamente en nuestra salud. Su ingesta periódica produce una acción diurética, antifúngica, broncodilatadora, antibacteriana, expectorante, antiparasitaria, hipolipemiante (que disminuye el colesterol) , anticoagulante, hipoglucemiante (disminuyendo los niveles de glucosa), antiinflamatoria e inmunoestimulante.

Seguro que usted encontrará el tipo de cebolla que se adapte a su menú y sus necesidades en su plaza más cercana. Nosotros llevamos unas doradas, unas cebolletas y unas chalotas para base de un pollo al horno que ya estamos, casi, saboreando. Bon Profit!.