Joan Carles Palerm, presidente del GEN–Gob, fue el protagonista de la entrevista de ayer en el Bona nit Pitiüses. | Marcelo Sastre

El presidente del GEN–Gob, Joan Carles Palerm, se mostró ayer satisfecho en el programa Bona nit Pitiüses de la TEF por la decisión del Ayuntamiento de Sant Joan de paralizar cautelarmente las obras en el complejo hotelero de la Punta de sa Torre después de la denuncia de los ecologistas. «Cuando hicimos la denuncia pública teníamos la idea de provocar una reacción que entendíamos que ser ésta. Lo que comprobamos en Xarraca era muy difícil que pudiera ser una simple reforma», destacó Palerm, quien apuntó que los promotores deberían «recuperar estructura de la montaña que ahora no está», como la ley establece.

En este sentido, Palerm acusó a la empresa responsable de las obras de «engañar al Ayuntamiento» al llevar a cabo un proyecto diferente al presentado ante la Administración, y también culpó al consistorio de Sant Joan de no vigilar lo suficiente su territorio. «En todo el municipio debe haber en marcha 25 obras legales, no es tan difícil controlarlas», señaló el presidente del GEN, quien añadió que ningún ayuntamiento de Ibiza «cree en la disciplina urbanística a pesar de que todos saben que nadie cumple las normas».

El ecologista también destacó que si obras como la de la bahía de Xarraca son posibles «es porque existe una Ley Turística que permite cambios de usos con excepciones que serían imposibles con proyectos nuevos».

Palerm también comentó la posible limitación de entrada de vehículos en la isla de Ibiza, una actuación que consideró «necesaria». No obstante, el líder de la organización ecologista explicó que quizás todavía no existe en la isla un consenso social que haga posible llevar a cabo esta limitación «pero sí que hay la sensación de que estamos al límite. No hay otra solución posible que reducir el número de vehículos porque ampliar las carreteras es una solución temporal».

En cuanto a los temores de los vecinos de Sant Antoni sobre la instalación de un crematorio junto a recintos deportivos y escolares, Palerm señaló que «el problema no es real o, por lo menos, muy inferior al movimiento de vehículos que van a los colegios. Lo único que hay que hacer es vigilar que la Administración controle, asegurarse que hacen las cosas bien».