Una imagen de archivo de la pasada edición.

La problemática de las mascotas en adopción no es nueva en la isla pero se ha vuelto bastante más dramática de forma proporcional a las escasas posibilidades de poder alquilar una vivienda digna por un precio asumible por parte de sus amos. Con el fin de dar visibilidad a los perros que esperan un hogar en Can Dog se llevará a cabo este domingo en la plaza del Ayuntamiento de Santa Eulària la cuarta edición de Desfilada canina i jornada d’adopció responsable Santa Eulària des Riu 2018 que organiza el consistorio junto a Renace Natura. Esta asociación se dedica desde hace unos 7 años a la defensa de los derechos de los animales, busca y ejerce de casa de acogida e intenta concienciar a la población sobre la importancia de «la tenencia responsable de animales», señaló a PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA Noemí, una de sus representantes.

El evento que celebra este año su cuarta edición comenzará sobre las 11.00 horas, si el tiempo lo permite, y «como excusa proponemos que la gente se apunte con sus perros al desfile canino para que los amantes de los animales se acerquen y tengan la oportunidad de conocer algunos de los perros que se encuentran en Can Dog a la espera de ser adoptados» y darles la posibilidad de formar parte de una familia. Vale la pena recordar que para inscribirse en el desfile canino se puede hacer a través del facebook de la asociación Renace Natura y si se desea optar al premio se anima a los participantes a aportar un donativo de 5€.

Según señaló Noemí, Can Dog llevará ese día al evento una decena de perros y fotos de los muchos otros que tienen bajo su tutela en sus instalaciones en Sant Llorenç.

Un problema que se agrava

La portavoz de la asociación comentó a este medio que actualmente en las perreras y casa de acogida de la isla se encuentran ahora no sólo mascotas que han sido abandonadas sino que ha aumentado de manera notable los casos de renuncia. Es decir, dueños que aman a sus compañeros peludos pero que se ven obligados a desprenderse de ellos por la crisis de vivienda que azota a la clase trabajadora de la isla.

Afrimó que en Can Dog hay unos 250 perros en busca de un hogar y «no hay tanta casa para darles un hogar; muchos de los que han nacido allí seguramente morirán allí si nadie los adopta». Es una situación muy difícil en la que a pesar de que muchos aseguran que jamás se desprenderían de sus mascotas con el panorama actual no es tan fácil, «un chico nos llamó hace poco que debía irse a vivir a una furgoneta porque se quedaba sin casa y no quería esa vida para su perro». Lo mismo ocurre a la hora de adoptar ya que muchos posibles adoptantes se «echan para atrás» por temor a perder su casa. «Con que se adopte un perro ese día ya estaremos felices», comentó Noemí.