Con sólo dos años de vida las Olimpiadas de Matemáticas del CEIP Guillem de Montgrí de Sant Antoni que ayer volvieron a celebrarse se han convertido en todo un clásico en el que alumnos y profesores se han volcado totalmente. Ayer, dividieron las actividades en dos turnos. En el primero, los más pequeños comenzaron a disfrutar del especial día a partir de las 09.30 de la mañana y en el segundo, fueron los alumnos de tercero, cuarto, quinto y sexto los que lo hicieron a partir de las 12.00 horas.

Las actividades relacionadas con las matemáticas estaban dispersadas por todos los espacios del colegio y estaban adaptadas a las diferentes edades de los alumnos. Así, había talleres de geometría, de interpretación de datos, de medidas, de acertijos o de memoria visual y auditiva. En definitiva, un abanico de experiencias elaboradas y pensadas por el claustro de profesores a lo largo del curso escolar para revertir con éxito aquel antiguo concepto de que las matemáticas «son las más odiadas por los niños», aseguró Javier Rey, director del centro educativo de Sant Antoni.

«Con el fin de hacerlas más atractivas, que se enganchen y les gusten» comenzaron el año pasado con estas olimpiadas que en muy poco tiempo se han ganado un hueco entre las tradiciones del centro y al final han conseguido que «les encanten las matemáticas». Algo que ha sido posible gracias a la motivación «ya que evidentemente siempre habrá algunos a quienes se les de mejor o peor que a otros» y a que los alumnos entiendan que «las matemáticas están en todos los aspectos de la vida diaria aunque se esconda un poco a veces».

Y objetivo cumplido. Al final todos los participantes de este certamen llevarán orgullosos la chapa que acredita su participación. Sin duda, una jornada diferente que enmarcada en la antesala de las vacaciones de Semana Santa se vuelve ideal.