El retraso de las obras ha impedido poner en marcha el nuevo control de acceso a Dalt Vila y la Marina. | DANIEL ESPINOSA

El nuevo sistema para controlar el acceso al tráfico a Dalt Vila y la Marina, basado en un moderno sistema de cámaras de lectura de matrícula y bolardos automáticos, no entrará en funcionamiento hasta la última semana del mes de abril.

Según explicaron desde el Ayuntamiento de Eivissa, la empresa encargada de realizar las obras para instalar las nuevas cámaras «todavía está trabajando en el nuevo sistema». Por este motivo, durante estos días de fiesta, el Consistorio ha decidido volver al antiguo sistema de control de acceso mediante una valla y una persona que la levanta o la baja a los vehículos autorizados.

Por su parte, el concejal de Mobilitat, Juanjo Hinojo, atribuyó este retraso a «dificultades de tramitación patrimonial», ya que el proyecto ha tenido que ser aprobado por el Pepri y todavía tiene que ser revisado por la Ciothupa. «Ha sido complicado», añadió. Además, apuntó a que los retrasos se deben a que la empresa concesionaria se ha visto obligada a contratar un arqueólogo por si, durante las obras de instalación de las cámaras de seguridad, se encontraban algunos restos arqueológicos.

Problemas con la empresa

Este sistema provisional comenzó a funcionar ayer y estará activo hasta el martes, 3 de abril, en su horario habitual, de 11 a 16 horas y de 18 a 23 horas para acceder a Dalt Vila. Ayer, sin embargo, hubo problemas porque, según señalaron fuentes municipales, la empresa concesionaria se equivocó en el horario estipulado y la persona encargada de vigilar los accesos se marchó antes de tiempo.

El Ayuntamiento de Eivissa respondió hace unos días a las críticas del Partido Popular sobre el retraso en la implantación de control en la circulación de vehículos en casco antiguo de la ciudad, cuyo acceso no se ha limitado durante todo el invierno, a diferencia de años anteriores.

Desde el equipo de gobierno aseguraron que las cámaras de seguridad se podrían poner en marcha antes de la Semana Santa, mientras que la instalación de los bolardos retráctiles, que subirán y bajarán para controlar el tráfico tanto en la calle Comte de Rosselló como en la rampa de subida a Dalt Vila, se retrasarían unas semanas más al necesitar unos permisos del Consell d’Eivissa.

Cuando esté en marcha, el nuevo sistema automático de control de accesos permitirá multar a los vehículos que pretendan entrar a la zona limitada sin la pertinente autorización municipal. En el caso de la Marina, las restricciones y las consiguientes sanciones por no cumplirlas no entrarán en vigor hasta el próximo mes de mayo.
La empresa encargada de llevar a cabo este nuevo sistema, Aceinsa Movilidad S.A., será la encargada de realizar este servicio en los próximos cuatro años por un importe de 260.000 euros.

LA NOTA

Los vecinos del casco antiguo no necesitarán nuevas tarjetas de acceso

Los vecinos que residen en los barrios de Dalt Vila y la Marina y que están autorizados a circular con sus vehículos sin restricciones las 24 horas del día no necesitarán hacer nuevos trámites con la implantación del nuevo sistema de accesos al casco viejo de la ciudad. Como recordaron desde el Ayuntamiento de Eivissa, al tratarse de un sistema informatizado, las matrículas de los residentes estarán registradas en los archivos municipales y, una vez que sean leídas por las cámaras automáticas, permitirán que los bolardos automáticos bajen para permitir el paso de sus vehículos.