Ibiza es un refugio pero dentro de ella hay otro refugio que es Sant Vicent y es lo mejor de todo», así definía María, vecina «de toda la vida» del pequeño pueblo del municipio de Sant Joan, que ayer no quiso perderse la gran celebración, que tal y como marca la tradición incluyó cohetes para anunciar el comienzo de la procesión y de la gran celebración. María también señaló que «en este pueblo somos muy poquitos pero estamos muy avenidos todos porque como somos pocos nos conocemos y nos queremos». Si bien en su juventud formaba parte del grupo de gente que «organizaba todo para este día tan especial para el pueblo» ahora ya se encuentra «retirada» pero reconoce que «en un día como hoy viene mucha gente de fuera, otros tienen invitados... y hay que tener el pueblo bonito y las casas arregladas un poco más, como la iglesia que se cuida un poco más».

Testigo de esta unión es el párroco de Santa Eulària que ofició la misa en calidad de vicario general, Vicent Ribas, quien también tenía mucho que celebrar en el día de su Santo y que señaló durante la homilía, durante la cual arrancó a los feligreses más de una carcajada con sus anécdotas, que «lo mejor de nuestros pueblos es que haya muy buenas personas, que se sientan hermanos y trabajen juntos sin buscar primero de todo el propio interés, sino el bien común». Y recordó que San Vicente Ferrer es un santo bastante emblemático para la isla ya que «aunque no se celebre San Vicente es el patrón titular de la ciudad de Ibiza».

Celebración por todo lo alto

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Pocos minutos antes de las 13.00 horas y bajo un sol primaveral único, la misa terminaba entre aplausos y saludos ya que como novedad los vecinos habían por primera vez escrito e interpretado un canto gozoso dedicado a San Vicente. Minutos más tarde comenzaba la procesión escoltada por 16 miembros de la colla de Labritja enmarcada por las guirnaldas de colores y los fuegos artificiales que se propulsaban al cielo desde la acogedora iglesia cuya explanada se hallaba colmada de vecinos y algún que otro turista. Mientras que una vecina comentaba que los fuegos artificiales que todos recordaban «desde siempre» quizás guardaban relación con el origen valenciano del santo.

Por su parte, el alcalde Antoni Marí Carraca señaló a Periódico de Ibiza y Formentera que, en un día como el de ayer, «compartimos la celebración con los vecinos del pueblo y recordamos costumbres y tradiciones; los cuatro pueblos que forman el municipio de Sant Joan tienen su propia identidad y son fantásticos pero de Sant Vicent de sa Cala podríamos decir que como es un pueblo más pequeño es más familiar, donde todos gozamos de una convivencia más cercana», mientras deseó extender los buenos deseos a todos los ‘Vicentes’ y ‘Vicents’.

Desde la comisión de fiestas, Sandra comentó disfrutaron de unos 12 kilos de bunyols y orelletes, aunque para el degustar el vi pagès habrá que esperar hasta la Festa Calera que se celebrará a lo largo de la jornada del sábado desde las 10.30 horas.