Imagen de archivo de las pruebas de catalán realizadas en Ibiza hace dos semanas. | Daniel Espinosa

Hace dos semanas se celebró la convocatoria extraordinaria que la Escola Balear d’Administració Pública convocó para que 210 profesionales sanitarios de toda Balears pudieran conseguir los títulos de catalán del nivel B1 y B2 que el Govern les exige.

Al examen se presentaron 117 personas que tuvieron que acreditar una asistencia mínima del 80% a los cursos de formación de catalán organizados entre los meses de octubre de 2017 y enero de 2018.

Del total, 28 personas se presentaron al B1 y solo siete han logrado el aprobado, mientras que de las 89 personas que se presentaron al B2 solo 23 han aprobado.

Si nos centramos en las Pitiusas, en Ibiza de las tres personas que se presentaron al B1 han suspendido las tres y solo dos de las 12 presentadas han aprobado la primera fase del nivel B2. En Formentera, la situación se repite. Las dos personas presentadas al nivel B1 han suspendido mientras que de las seis que se presentaron al B2 solo dos han conseguido superar las pruebas.

En este sentido, desde CSIF señalaron que, vista la escasa cifra de aprobados, habrá que buscar si el problema está en el sistema de formación o, por el contrario, en el de evaluación.

Respecto a este último, el sindicato apostilló que muchos de los suspensos habían sido en la parte de gramática, estando el resto de pruebas (comprensión oral, comprensión lectora y expresión escrita) aprobadas. El problema, dijeron, reside en que «si suspendes una de las partes no apruebas».

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Sin embargo, pusieron el ejemplo de la Universidad Ramon Llull de Barcelona, donde explicaron que se hace una media entre todas las pruebas. «Muchos de los que aquí han suspendido, si se hubieran presentado allí, habrían aprobado».

Así, del total de 117 personas personas solo 30 podrán presentarse al examen oral que será el 3 de mayo para el nivel B1 y el 4 de mayo para el nivel B2.

Diferencias

El sindicato CSIF quiso recordar que el decreto del catalán hace diferencias entre personal sanitario y celadores y administrativos. Esto quiere decir que los primeros cuentan con una moratoria de dos años para presentar el título en caso de presentarse a una oposición, mientras que el personal de la administración tiene que acreditar el nivel de catalán exigido para poder hacerlo.

«El problema es que el 21 de mayo se acaba el plazo para presentar la documentación para poder presentarse a las oposiciones», dijo una de las administrativas afectadas. Es auxiliar con plaza fija, pero quería optar a promoción interna.

«Tengo el B1 ya y tengo que acreditar el B2, pero he suspendido la gramática», señaló. Así, aseguró que solo un 25% opta a conseguir el título y «muchos se quedarán en el camino».