Cuando los niños lloraban o se portaban mal, los encerraba a oscuras en el baño durante al menos dos horas. A una de las seis víctimas, una menor de solo 18 meses, la obligaba a comerse la comida que vomitaba. Insultaba a los pequeños y los sentaba en la taza del váter cuando se orinaban encima. La propietaria de la escoleta infantil Poc a Poc del Coll d’en Rabassa (Palma) se declaró ayer culpable de estas humillaciones en un juicio celebrado a las diez de la mañana en Vía Alemania. La mujer, de 47 años y origen brasileño, aceptó una condena de medio año de cárcel por un delito contra la integridad moral y una multa de 300 euros por otro leve de vejaciones.

Los menores, de entre 10 y 30 meses, sentían temor y angustia cuando sus padres les dejaban en esta escoleta, que actualmente está cerrada. El local se alquila. Las humillaciones y vejaciones, según recoge la Fiscalía en su escrito, ocurrieron entre los meses de mayo y noviembre de 2015.

La mujer, propietaria, directora y cuidadora de la escoleta, actuaba «sin ningún tipo de paciencia ni consideración» hacia los menores. Aprovechaba el espacio cerrado del aula y la corta edad de los pequeños que les imposibilitaba verbalizar a sus padres lo que les sucedía. Los castigos eran muy duros.

Dos menores de 30 meses, que estaban comenzando a quitarles el pañal, se orinaban encima y la dueña del centro infantil se lo recriminaba a gritos y les llamaba «tontos».

La conducta de la mujer hizo que al menos tres perjudicados «desarrollasen una lógica sensación de temor y angustia cuando les llevaban a la guardería», señala el ministerio fiscal. Esta situación les provocaba llantos y pesadillas que fueron desapareciendo con el tiempo.

La Fiscalía reclamaba al principio del proceso seis años de cárcel para la propietaria de la escoleta, que alcanzó un acuerdo con las acusaciones. La mujer confesó los episodios y se declaró autora de delitos contra la integridad moral y vejaciones injustas. La juez de lo Penal 6 tuvo en cuenta la circunstancia agravante de abuso de superioridad y la atenuante parcial de reparación del daño ya que la procesada ha consignado 250 euros en el juzgado. La mujer deberá abonar un total de 1.000 a la madre de una de las bebés por los daños morales. Ha sido la única víctima que se ha personado en la causa como acusación particular.