Acudir con camisa blanca, pantalón y botas negras y sobre todo con muchas ganas de pasarlo bien. Estos son los únicos requisitos que nos marcan después de ser invitados por segundo año consecutivo por la popular pareja de artesanos Isabel Delgado, Torijano, y Jesús García, Traspas, a la cena que organizan desde hace ya casi dos décadas en su casa con motivo de la feria Eivissa Medieval. El resto lo ponen ellos, desde los espectaculares trajes con los que nos vestimos para la cena al menú, la vajilla, la mesa y por supuesto el buen ambiente que se vive a lo largo de las cerca de tres horas que dura la velada.

Por motivos laborales llegamos casi con el tiempo justo y en medio de la enorme marea de gente que sube hacia la plaza de la Catedral con lo primero que nos encontramos en la estrecha calle Mayor es con una mesa enorme con unos manteles granates, con decoración floral en el medio. A escasos metros, ya en la puerta de la tienda de Jesús nos encontramos con los primeros invitados vestidos de época, incluido su dueño, que como siempre luce tan espectacular que parece sacado de una producción de Hollywood. Entre nervios y tras los consiguientes saludos nos indican unas pequeñas escaleras casi invisibles a la derecha de la tienda que nos conducen a una estancia donde Twinky, la hija de los organizadores, está repartiendo vestidos para todos los asistentes.

La tarea de elegir el atuendo adecuado no es fácil, entre otras cosas, porque la cantidad que tienen es tanta que cuesta decidirse por uno en concreto. Afortunadamente nuestra anfitriona, vestida como una bella doncella del medievo, tira de paciencia y nos va sacando piezas que se ajustan a nuestros cuerpos serranos. Y así, en un visto y no visto y mientras su hija Gadea juega con una espada y un escudo también vestida de época, salimos transformados. Unos de nobles, otros de trovadores y otros de artesanos, pero lo cierto es que los trajes son tan espectaculares que parecemos ilustraciones de un libro de texto para escolares.

Tras una corta espera y una vez que todos los invitados estamos vestidos para la ocasión es el momento de hacer un pequeño pasacalles hasta la Catedral siguiendo al estandarte de la Asociación Amigos de Eivissa Medieval que Traspas y Torijano crearon junto a unos amigos. En la amplia comitiva, formada por cerca de cuarenta personas, llama la atención la gran cantidad de gente joven, amigos la mayoría de Necer, el hijo pequeño de los anfitriones. Algo que llena de satisfacción a sus padres y que demuestra que el futuro de esta celebración parece garantizado. Y así, ordenados por parejas subimos y bajamos entre cientos de flashes de los teléfonos móviles de los visitantes a la feria y temiendo que durante los próximos días aparezcamos en perfiles de Facebook de medio mundo.

Cena entre muchas risas

A la vuelta toca organizarse. Los mayores en la zona de la pared y los más jóvenes de espaldas a la calle. En un abrir y cerrar de ojos empiezan a circular los platos repletos con pollo al horno con verdura mientras en distintos puntos de la mesa hay cus cus, ensalada pagesa, huevos al plato, pimientos rojos... y un sin fin de platos que nos avisan que, precisamente, con hambre no nos vamos a quedar. Incluso, hay una opción para dos jóvenes que son veganos. Y todo regado con grandes dosis de buen humor ya que como avisa Traspas antes de empezar a cenar, la tradición dice que cada vez que algún visitante diga ¡¡Qué aproveche!! un miembro de la mesa por turnos tiene que levantarse y decir ¡¡Gracias!!. Algo que se cumple con mayor o menor destreza pero entre grandes risas.