Imagen de la acusada declarando ante el tribunal en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza. | Arguiñe Escandón

Dos años y medio de prisión e indemnizar a los afectados en base a la relación de daños facilitada y al Consell de Eivissa con 626,16 euros, la cantidad correspondiente a los gastos de extinción del incendio. Es la pena impuesta por la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, Martina Rodríguez, a Maria T.M.R., vecina de Ibiza que el 24 de marzo de 2017 prendió fuego a una vivienda de Vila en la que convivía desde semanas antes con tres jóvenes a los que había alquilados habitaciones.

La mujer de 51 años ha sido condenada como autora de un delito de incendio en bienes propios por el fuego que arrasó buena parte de la vivienda ubicada en el segundo piso del número 49 de la avenida Sant Josep. La sentencia no es firme y contra la misma se puede interponer recurso de apelación en el plazo de diez días.

En el apartado de fundamentos de derecho la sentencia indica que «el incendio fue intencionado, pues así lo demuestra el hecho de que tuviera hasta tres focos». Añade que los tres focos «fueron en dependencias ajenas a la habitación ocupada por la acusada en la que se refugió cerrando la puerta, así como también la de la vivienda, seguramente para dificultar la entrada». Concluye señalando que «no consta que nadie más tuviera llave», hecho del que se desprende que la acusada es la autora del incendio.

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En la vista oral celebrada el pasado 8 de junio, la acusada relató que el día del incendio se tomó unas pastillas para dormir y juró no recordar nada más hasta que se despertó 19 días después en una habitación del hospital Can Misses.

La acusada, que se encuentra en prisión provisional desde que recibió el alta médica, señaló durante el juicio que los tres jóvenes personados en el caso como acusación particular estaban «de okupas en su casa, no era un alquiler» y que estaba atemorizada porque le amenazaron con cuchillos e incluso con un hacha.

Tras la declaración de los tres jóvenes, la sentencia indica en los hechos probados que, a mediados de febrero, los implicados acordaron poder instalarse en la casa y recibieron las llaves de manos de la acusada. Los problemas arrancaron cuando la mujer regresó a su casa y se instaló junto a los jóvenes. Tras diversas situaciones violentas, la tarde de los hechos la Policía Nacional acudió a la casa después de que la mujer arrancase un televisor y con un cuchillo en la mano amenazase a los chicos con un: «esto no va a acabar así».

Horas después y mientras los jóvenes ponían una denuncia en comisaría, la acusada incendió la vivienda.