El enfermero Aspirino y la Supervisora Botiquina visitaron ayer a los pequeños ingresados en el hospital. | DANIEL ESPINOSA

Humanizar el entorno hospitalario a través del humor, la magia y la ilusión. Es lo que pretenden conseguir los artistas de Sonrisa Médica que visitaron ayer el hospital Can Misses. El enfermero Aspirino, también conocido como Camil Casanovas Ciurans, y la Supervisora Botiquina, también conocida como Gemma Palà Aparcio, fueron los primeros payasos en rodar sus zapatos por los pasillos. Es la primera asociación de payasos de hospital de España que inició su actividad hace 24 años.

Su presencia por las habitaciones del centro hospitalario hizo realidad el deseo de la dirección de enfermería de Can Misses hace ya 3 años. El centro hospitalario incluirá un día de intervención por semana de forma interrumpida a lo largo de todo el año. Y se llevará a cabo siempre los martes en horario de mañana. En su trayecto los payasos visitarán las unidades de Pediatría, Maternidad, Hospital de Día, Extracciones y Consultas Externas.

Ayuda

Su intervención es de gran ayuda para afrontar el proceso terapéutico en un estado emocional óptimo y su gran empeño es el de contribuir a la mejora de la calidad de vida de los niños hospitalizados y sus familias, ayudándolos a soportar mejor las estancias hospitalarias. Empezó su labor en 1994 en el hospital Son Dureta de Palma de Mallorca. Fue un proyecto pionero del que nadie había oído hablar en España, pero ha día de hoy forma parte de la estructura hospitalaria.

El proyecto fue comunicado oficialmente por el presidente de la entidad, Guillem Morlà Jaume, al Servei de Salut de las Illes Balears el pasado mes de mayo y a lo largo del mes de junio, la directiva al completo del hospital Can Misses se ha esforzado por lograr que todo estuviera preparado para recibir a los payasos.

«Esto todo empezó con el sueño de una niña enferma de Mallorca que sus padres la llevaron a París para intentar curarla. Allí se encontraron con un hospital totalmente diferente a lo que conocían, es decir, lleno de payasos. Cuando la niña tenía que regresar a Mallorca, les dijo a sus padres que no quería volver porque no había payasos. Entonces fue cuando sus padres se pusieron en marcha para montar lo que es hoy en día La Sonrisa Médica», contó Morlà.

Esta iniciativa se ha conseguido gracias a las ayudas recibidas a través del programa de subvenciones de la campaña del IRPF concedidos por la Conselleria de Serveis Socials i Cooperació del Govern. La entidad completará la financiación total del proyecto con las aportaciones de sus socios, la organización de eventos y la colaboración de la red empresarial de los últimos tres ejercicios.