Fundador de Coessa, José Luis Escandell | MARCELO SASTRE

José Luis Escandell Ferrer (Eivissa, 1951) fue delegado de la empresa KAS en la isla durante 14 años, hasta que decidió emprender su propio negocio. «Un buen amigo» en el mundo de la distribución le animó a abrir su propia empresa y en 1980 se lanzó a fundar Coessa. Empezó con una cartera de 150 clientes y ahora ya cuenta con 2.200 y más de 6.500 referencias, convirtiéndose en un referente en Ibiza en la distribución de vinos y licores.

¿Cuando decidió poner en marcha el proyecto de Coessa?
— Empezó porque estuve 14 años de delegado en Ibiza de KAS y entonces pensé en trabajar por mi cuenta. Empezamos haciendo los almacenes y después todo ha sido una continuidad. Empezamos hace 38 años en la calle del Pica-Soques, donde teníamos distribución y el Cash&Carry, pero nos salió la oportunidad de comprar unos terrenos en primera línea de la carretera de Sant Josep, entre Mercadona y Eroski, y decidimos montar allí el Cash&Carry.

¿Cómo fueron los inicios de la empresa?
— Muy costosos porque no teníamos ni un duro. Tuvimos que acudir al banco y los intereses estaban al 22% o el 23% y lo pasamos muy mal. El solar de abajo y la nave nos costó bastante y pasamos 15 o 20 años no muy buenos. No obstante, hemos podido salir y ahora podemos tirar adelante y competir con otras empresas que son más grandes que la nuestra.

¿Había mucha competencia cuando empezaron?
— Había menos competencia que ahora porque todo se limitaba a cinco casas, pero ahora hay mucha más. Incluso hay gente que, de una manera ilegal, viene de la Península, se vuelcan aquí con camiones y esto nos mata, porque son precios por debajo de los costes y nos hace mucho daño. El mercado está muy raro y muy difícil.

¿Con cuántos productos empezaron y cuántos distribuyen ahora?
— En los inicios fuimos los que introdujimos la Heineken en Ibiza, que fue una cerveza que nos dio mucho auge y reconocimiento en la calle. También colaboramos con Vichy Catalan durante unos años y después nos dedicamos más a los licores. Empezamos poco a poco y hasta ahora que tenemos unas 6.500 referencias.

¿Cuántos productos tienen en exclusiva?
— Tenemos marcas como Marie Brizard o bodegas importantes como Enate, Campillo, Faustino, Protos, Viña Mayor o Glorioso. Actualmente tenemos más de mil vinos diferentes. Ahora también hemos empezado a traer unos vinos de Mallorca, las bodegas Macià Batle y Miquel Oliver, y de Ibiza llevamos de manera oficial las bodegas de Can Maymó y Can Rich. A parte tocamos todo lo que es tapón de rosca, que es un poco más barato, y también tenemos una segunda marca de Murcia, que se llama Licores y Derivados, que desde los inicios, hace 38 años, nos hace productos exclusivos para nosotros.

Tienen habilitada una bodega, ¿cómo surgió la idea?
— La bodega es una creación nuestra y todos los vinos de reserva los tenemos con temperatura controlada y condiciones adecuados. La tenemos desde hace unos 26 años, cuando inauguramos el Cash&Carry.

¿Trabajan también con particulares?
— No, nosotros no vendemos a particulares, solo vendemos a profesionales. Con este tema tenemos un problema porque a veces viene gente enviada por los mismos restauradores y nos encontramos entre la espada y la pared, porque vienen de parte de alguien, pero no podemos vender y para nosotros es una controversia.

¿Cuántos clientes tienen ahora?
— Trabajamos en Ibiza y Formentera y tenemos unos 2.200 clientes y empezamos con una cartera de unos 150. En los inicios éramos tres personas trabajando, al cabo de dos años ya éramos ocho y ahora somos 34 trabajadores.

¿Les afecta mucho la estacionalidad de la isla?
— Sí, hay una diferencia abismal entre la temporada de verano y la temporada de invierno. Tenemos 27 trabajadores fijos y siete eventuales y en invierno perdemos dinero. Nosotros nos encontramos con un handicap y es que si no tenemos el personal adecuado todo el año, después a la hora de abrir en la temporada de verano no tenemos buenos profesionales. La carencia suple las pérdidas que pueda haber en invierno.

Para desarrollar su actividad, ¿cuáles son los principales problemas que encuentran en la isla?
— Es el personal. Estamos en una época en las que veo las estadísticas de paro con cuatro millones de parados y la verdad es que no sé donde están estas personas porque de las que vienen a buscar trabajo ninguna está preparada para los cargos que queremos. No entiendo la situación actual y veo que cada día es más difícil contratar gente en condiciones. En Ibiza hay buenos sueldos, pero la gente es muy exigente y quiere ganar mucho y derechos, pero no obligaciones. La contratación es un problema que tenemos todos y si hablamos de sectores como la hostelería o la restauración, aún se acentúa más.

Aunque los inicios fueron difíciles, la empresa ha ido creciendo. ¿Esperaba al principio esta evolución de la empresa ?
— Cuando empezamos facturábamos alrededor de un millón de euros y ahora estamos con una facturación que supera los diez millones de euros. Abrir las instalaciones en primera línea de la carretera con el Cash&Carry nos lanzó porque empezamos a generar más dinero y porque los proveedores veían que al crecer tendríamos más posibilidades y, si seguíamos siendo serios, podían apostar por nosotros. Para nosotros fue un aliciente muy importante.

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¿Qué les diferencia?
— Nosotros estamos muy preparados con productos que difícilmente se encontrarán en otros sitios. De un producto en concreto, como el ron o el whisky, tenemos unas 200 referencias. Ahora hay una fiebre con las ginebras premium y nosotros tenemos más de cien. Tenemos la mayor parte de productos de vinos y licores. Todos es imposible tenerlos, pero aquellos con mayor rotación, conocidos y vanguardistas, prácticamente lo tenemos todo.

¿Ha tenido que invertir mucho en la empresa?
— Tenemos como norma comprar cada año un vehículo o dos. Ahora tenemos toda la flota prácticamente nueva porque nos encontrábamos con las dificultades añadidas de encontrar buenos mecánicos. Teniendo un flota nueva y buen personal tienes mucho ganado.

¿Cuál es el secreto para que la empresa funcione tantos años?
— El trabajo y no mirar demasiado el reloj. La gente de mi generación miraba menos el reloj que los jóvenes de hoy en día, pero para que funcione hay que hacer horas y trabajar mucho. También tener un poco de suerte, porque siempre es necesaria, aunque como dicen los catalanes, la tienes que buscar porque si la esperas no viene. Sin trabajo es imposible hacer un negocio como este ni hacer otro más pequeño. Hace falta mucho trabajo, suerte y salud.

¿Cuáles son las principales dificultades que han pasado durante el camino?
— La carencia de personal es lo que nos ha dado más problemas, ya que en momentos determinados no hemos podido tener el personal y los medios adecuados para atender la clientela que iba aumentando paulatinamente.

¿Las crisis han afectado?
— Notamos la crisis de 1982, que fue muy fuerte, y la de 1995, pero la más dura sin duda fue la de 2007, que duró hasta 2010 o 2011. Nos hemos ido recuperando paulatinamente y ahora estamos en un momento álgido y óptimo.

¿Diría que es la mejor época de la empresa?
— Si uno hace lo que le gusta y tiene un producto bueno y tiene interés y dedicación, creo que sí. El victimismo no me gusta y no tengo por norma quejarme, porque es muy fácil y no solucionas nada.

Antes de fundar Coessa, ¿se imaginaba trabajando en este sector?
— Sí porque era amigo de otro distribuidor muy importante de Ibiza, y fue el que me animó a montar la empresa y el que me dio el empujón definitivo. Cuando empecé era el administrador, el creador y el peón, hacía todo. Ahora mis hijos son dos puntales muy importantes y tengo un equipo muy bueno. Siempre se dice que el personal es el tesoro más grande que tiene una empresa y en Coessa lo digo de corazón; tenemos un personal increíble.

De esta forma, ¿Coessa tiene asegurada la continuidad generacional?
— Creo que sí porque tengo aquí a los dos hijos. Si no pensara que la empresa tuviera una continuidad, yo ya no tendría este negocio.

¿Tienen algún proyecto de futuro?
— Nosotros hemos crecido mucho en pocos años. Lo más importante de una empresa es la parte financiera y ahora que hemos podido salir de esta época difícil, siempre les digo a mis hijos que tienen que crecer paulativamente y tocando los pies en la tierra. Con un buen sostén se puede crecer lo necesario, pero hay que mirar la financiación. Dicen que el dinero no vale nada, pero no vale para los que tienen mucho, para los que no tienen, sí que vale.

¿Volvería a ser empresario?
— Sí, ya de pequeño cuando estudiaba sabía cierto que sería comerciante, porque el comercio siempre me ha gustado. Es una cosa que no se puede explicar con datos a una persona que no le gusta, pero cuando hablo con gente de mi gremio, llegamos a las mismas conclusiones.

¿Qué es lo que más le ha gustado de fundar Coessa?
— En primer lugar, te da un estado de bienestar importante. Somos una familia que viene de la más absoluta miseria. Soy de la época postfranquista y hambre no he pasado pero sí muchas carencias que mis hijos ya no han pasado. Encontrarte ahora así te da más fuerza para saber de donde vienes y hacia donde vas. Nunca imaginé que llegaría un momento en el que tendríamos una casa como la que tenemos o unas condiciones de vida como las que tenemos.

Si ahora una persona le pidiera consejo para montar una empresa de distribución, ¿qué le diría?
— Le diría que se tiene que trabajar mucho, tener mucha suerte y estar muy bien relacionado. Tenemos unos 600 proveedores y son géneros que valen mucho. Si tuviera que volver a montar un negocio desde el principio optaría por algo que no fuera tan valioso.

¿Qué destacaría de la empresa?
— Lo que tenemos nosotros es que no nos regimos por lo que haga la competencia, nosotros marcamos nuestras pautas y seguimos nuestra política. Me gustaría que los clientes se miraran muy bien los precios cuando les pasamos las listas de productos, porque nosotros no cambiamos nunca los precios y son los mismos productos que ofrecemos todos. Si lo miraran con lupa a lo mejor no se llevarían algunos desengaños respecto a otras casas que venden más caro que nosotros. Nosotros vendemos a precios muy equilibrados y nunca cambiamos un precio sin avisar al cliente.