Imagen del miércoles cuando el canónigo se desplomó en la catedral. | JAUME MARTORELL

El susto vivido el miércoles pasado en la Catedral de Ibiza cuando el canónigo Enrique Torres cayó desplomado en el altar ha hecho saltar de nuevo las alarmas en cuanto al difícil acceso que tienen muchos vehículos de emergencias a la zona de Dalt Vila. De hecho, la ambulancia no pudo llegar hasta el alto del Puig de Dalt Vila y los sanitarios tuvieron que acercarse en un coche de la Policía Local.

En este sentido, desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera señalaron que, «por suerte», los servicios en esta zona no son muy frecuentes debido a la «baja» población residente. Sin embargo, apuntaron que en aquellos casos en los que se requiere la ayuda del 061 a Dalt Vila para una atención médica, la ambulancia accede hasta el convento o lo hace por El Soto y, desde allí, los médicos y enfermeros son trasladados en vehículos más pequeños de la Policía Local o Protección Civil.

Aún así, muchos se preguntan qué pasaría si un usuario sufriera un paro cardíaco y los sanitarios tardasen 20 minutos en llegar, como pasó el otro día. Por ello, Pablo Gárriz, técnico director de Emergencias, exige que se apruebe un Plan de Emergencias municipal que articule cómo acceder a los sitios «sensibles» del municipio.

«Los municipios de más de 20.000 habitantes o turísticos tienen la obligación de tenerlo, pero seguimos sin él», argumentó al tiempo que dijo que en el último pleno municipal de Vila se habló de que «se está trabajando también en un Plan de Seguridad».

Según apuntó, el equipo de gobierno dijo que este Plan de Seguridad está «pendiente» del Plan General Urbanístico aunque, a su juicio, los planes de emergencia no los homologan las normas de Urbanismo, sino la Comisión Autonómica de Protección Civil.

Asimismo, Gárriz destacó que una vez aprobado el Plan de Emergencias municipal será válido en diferentes fiestas multitudinarias, como Eivissa Medieval o los fuegos artificiales, sin necesidad de aprobar planes excepcionales en cada festividad.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Vila explicaron que los eventos organizados, especialmente en el entorno de Dalt Vila, disponen de un Plan de Emergencias coordinado con Policía Local, Policía Nacional, Protección Civil y los distintos cuerpos de emergencias, aunque no dijeron nada sobre qué pasaría si se da un caso particular fuera de un evento organizado por el Consistorio.

A pesar de ello, señalaron que hay diferentes accesos posibles dependiendo del tipo de situación que se produzca y de los servicios que se requieran.

Bomberos

Las complicaciones de acceso a Dalt Vila también las sufren los bomberos de la isla quienes, en muchas ocasiones, pierden más de 10 minutos en hacer maniobras para pasar por una calle.

«Al Museo Contemporáneo, por poner un ejemplo, muy pocos vehículos pueden acceder y, si lo hacen, tiene que ser con mucha maniobra y eso retrasa el tiempo de respuesta», indicó Miguel Sevilla, jefe del Parque Insular de Bomberos.

En esta línea, apuntó que tendrían que ir por la plaza de Vila, «pero hay muchas terrazas», lo que también complicaría la actuación. Por ello, recordó que tendrían que trabajar en coordinación con la Policía para que despejara la zona. En palabras de Sevilla, los retrasos por maniobras, espera de retirada de terrazas u otros elementos «incrementarían en 10 minutos la actuación, además de estresar mucho al conductor».

Por otro lado, dijo que en caso de incendio en la Catedral, a día de hoy, solo podrían actuar por El Soto donde dejarían el camión y harían tendido de manguera.

Por este motivo, recordó que están trabajando en adquirir un vehículo Bomba Urbana Ligera (BUL) que facilitaría el acceso a estas zonas que, aunque no permitiría llegar a la catedral, reduciría esos 10 minutos porque sí que llegarían al Seminario. «Este camión es más estrecho, tiene mayor radio de giro y una longitud menor», explicó.

Además, tiene una capacidad de 1.200 litros de agua que combinada con espumógeno se convierte en 8.000 litros.

A pesar de las declaraciones de Sevilla, desde el Ayuntamiento matizaron que los camiones autobomba sí que pueden acceder hasta la misma plaza de la Catedral que «dispone de hidratantes y bocas de riego para conectar los equipos».

La realidad en la que todos coinciden es que la orografía de Ibiza es complicada y las soluciones, de momento, escasas.