Varias caravanas acampan junto al polémico chiringuito de Cala Gració, en la zona de Cap Negret.

Las ordenanzas municipales de los ayuntamientos de Ibiza prohiben acampar y pernoctar, de día o de noche, en tiendas de campaña, vehículos, autocaravanas o caravanas tanto en las vías y espacios públicos, como en aquellos que son privados de uso público. La acampada solo está permitida en campings.

Lo cierto es que para que se considere acampada debe darse alguna de las siguientes situaciones: que haya fuera del vehículo elementos desplegables abiertos, estabilizadores, algún tipo de conexión de agua o luz o que se duerma o cocine en su interior, entre otras.
A pesar de que la normativa es clara, Ibiza se ha convertido en el paraíso de esta práctica; el motivo principal es que el elevado coste de la vivienda no compensa a los trabajadores que vienen a la isla a hacer temporada. De este modo, muchos optan por esta alternativa.
Las caravanas se extienden por toda la isla. Uno de los sitios elegidos en los últimos días ha sido en la zona de Cala Gració, junto al polémico chiringuito. En este punto había concentradas ayer siete caravanas, dos de ellas con cubos de agua fuera y con las ventanas batientes; algo prohibido porque excede del perímetro del vehículo.

Otro punto elegido para hacer vida en Sant Antoni es el aparcamiento de ses Variades. Cada verano nos podemos encontrar una decena de caravanas acampando en la zona. Según la normativa del municipio, este tipo de vehículos sí que pueden estacionar en lugares públicos, aunque no hacer vida en su interior; una situación que no se cumple.
Sant Josep también está en el punto de mira. Sa Figuera Borda o Cala Compte son solo dos de los sitios elegidos para asentarse y, aunque la normativa del Consistorio prohibe esta práctica, se repite constantemente.

El principal problema del asentamiento de caravanas es el riesgo de incendios que conlleva. Sin ir más lejos, hace poco más de un mes hubo tres en un asentamiento ilegal en Sa Joveria. En esta línea, son muchos los que critican las consecuencias medioambientales que tiene, como verter agua sucia y basura en cualquier lugar.

Por su parte, muchas de las personas que se ven «obligadas» a vivir en esta situación piden que se cree un camping para caravanas en la isla y así poder concentrarse todos en un sitio.

Por el contrario, hay quien piensa que esto sería un «error» porque «aumentaría» considerablemente el número de este tipo de vehículos en la isla, lo que derivaría en el colapso del aparcamiento y el posterior asentamiento en diferentes puntos de la isla.