Un año después, ayer por la tarde el Paseo Vara de Rey de Ibiza volvió a ser escenario de una nueva manifestación del colectivo de las camareras de piso, conocidas popularmente como ‘Kellys’. Una nueva quedada, a la que acudieron unas cien personas, «abanderadas por la Confederación General del Trabajo (CGT) pero olvidadas por los sindicatos mayoritarios», y algún que otro representante político como la vicepresidenta del Consell d’Eivissa, Viviana de Sans, pero en la que, desgraciadamente, se escucharon las mismas reivindicaciones laborales que aquel día hace un año.

Milagros Carreño, representante en las Pitiusas de este colectivo, fue la encargada de leer un manifiesto en el que, entre otras muchas cosas, se pidió a los gobernantes «que de una vez por todas escuchen y tomen las medidas necesarias» para que su trabajo «no sea una carga insoportable» y para que su vida diaria «sea digna como la de cualquier otra trabajadora o trabajador de nuestro país».

En este sentido, las ‘Kellys’ de Ibiza volvieron a denunciar «como la Administración y las mutuas aseguradoras se lavan las manos» ante los problemas de salud laboral que arrastran estas mujeres. De hecho, aseguraron que la falta de reconocimiento de las enfermedades laborales que padecen supone para muchas de ellas «un largo camino que se convierte en un rosario que muchas veces acaba fatal y siempre acaba pasando factura».

Incluso, en el manifiesto que se leyó ayer también un recado directo para el Govern balear que preside Francina Armengol: «Prometió que se pagaría casi un millón de euros con la ecotasa a personal sanitario para tratar a las camareras pero a día de hoy, ¿dónde está ese dinero y las personas que nos van a tratar y hacer un seguimiento de los problemas de salud? Ni en Ibiza ni en Formentera sabemos nada».

Mismas demandas

Por todo ello, el sector de las camareras de piso en las Pitiusas siguen teniendo las mismas demandas que hace un año ya que, según sus palabras, «se incumplen nuestros derechos como trabajadoras».

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En este sentido, Milagros Carreño aseguró que no tienen derecho a jornadas de descanso como las recogidas en su convenio y que algunas trabajadoras «deben prolongar sus jornadas laborales para acabar las tareas que se les impone si no quieren ser despedidas». Una carga de trabajo que provoca, según se pudo escuchar ayer en el Paseo Vara de Rey, «un ritmo frentético e inhumano» en el día a día que no se puede aguantar y que acaba afectando directamente a su salud.

Por otro lado, siguen pidiendo una jubilación anticipada «de los 67 a los 60 años», puesto que su trabajo les ocasiona problemas de salud y agotamiento físico. Además, demandan «el reconocimiento de enfermedades profesionales, directamente relacionadas con el aparato motor y músculo esquelético»; que no se externalice el servicio como se realiza en otras comunidades autónomas que no son Baleares, o el incremento del número de inspectores laborales en todo el territorio español, con inspecciones aleatorias y duros castigos a los expedientes que se reconozcan como irregulares.

Así mismo, en la lectura del manfiesto el colectivo denunció los contratos en fraude de ley, «puesto que hay compañeras a las que les hacen contratos inferiores al trabajo que realizan, como por ejemplo el de lavandería, cuando se acaba trabajando de camarera de piso». Otras de sus peticiones son el cumplimiento de la legislación en materia de salud laboral, «realizándose estudios ergonómicos para calcular y limitar las cargas de trabajo», y vincular la categoría de los hoteles a la calidad del trabajo que se genera en los mismos.

Llamamiento a otras compañeras

Además, Milagros Carreño y sus compañeras, aprovecharon la manifestación de ayer para hacer un llamamiento a otras compañeras de profesión. En esta ocasión, se acordaron de las compañeras de piso del Hospital de Can Misses y de otras que están bajo el convenio de limpieza y mostraron su rechazo al convenio firmado recientemente, «que de nuevo beneficia a los de siempre y perjudica a los trabajadores».

Finalmente, la manifestación acabó con un llamamiento por parte de las presentes a perder el miedo a «luchar por nuestros derechos». «No tengáis miedo a salir a la calle para luchar contra la explotación laboral», fue la última frase que se escuchó ayer en el Paseo de Vara de Rey antes de que se animara a las presentes a que usen el boca a boca para que el colectivo siga creciendo y «sea escuchado cada vez más».