El artista mexicano Spaik ayer por la mañana subido al andamio donde está terminando su trabajo para el CEIP Sa Bodega de Ibiza. Foto: B.I.F. | B.I.F.

El mexicano Israel Guerra, conocido mundialmente como Spaik, comenzó como grafitero en las paredes de su ciudad natal, Zacatelco, y desde ahí se ha convertido en uno de los artistas urbanos más importantes de la actualidad. Sus enormes y coloridos murales de clara inspiración prehispánica en los que se ven animales y elementos del folklore y la mitología mexicana ya se pueden ver en algunas de las ciudades más importantes de todo el mundo.

Una de sus obras ya está desde hace dos años en Ibiza gracias al BLOOP International Proactive Art Festival. Spaik pintó en el túnel que da acceso a Es Soto un águila gigante de gran colorido y con rasgos andinos como sinónimo de libertad y de lucha para acabar con nuestros miedos. Ahora, en la edición de este año ha regresado a Ibiza para realizar un nuevo trabajo, en este caso en el CEIP Sa Bodega.

—Regresa a Ibiza un año más con el Bloop International Proactive Festival. ¿Se convertirá en un habitual del arte urbano de nuestra isla?

—Es cierto. Ya pinté en un túnel hace dos años y ahora estoy repitiendo en una pared de un colegio. Para mi siempre es un placer colaborar con el BLOOP y regresar a esta isla tan bonita y maravillosa. Así que sí, cuando quieran volver a contar conmigo estaré dispuesto.

—Este año el festival ha girado en torno al concepto de Esperanza. ¿Qué es para usted la esperanza?

—Algo que nunca se puede perder. Una ilusión. Un objetivo. Algo maravilloso. Es aquello positivo que al final le da sentido a nuestra vida. Sin ella no se podría vivir de ninguna manera.

—¿Y cómo lo refleja en este mural que está creando este año en Ibiza?

—Estoy intentando contar una historia sobre un niño que he decidido reflejar como un jaguar bebé. Va montado en un dragón y en una mano lleva agarrada la luna. Con ello he intentando plasmar que no hay que dejar escapar los sueños y que la esperanza se tiene que agarrar bien fuerte si queremos ser felices.

—¿Y por qué un niño jaguar?

—Porque es un animal guerrero. Intento decirle a todos aquellos que vean el mural que tienen que ser guerreros desde bien pequeños, pelear por sus sueños y disfrutar al máximo de su vida.

—Está pintando en un colegio. ¿qué conclusiones pueden sacar los niños de sus murales?

—Muchas. Creo que es bueno que los vean porque la vida es un viaje en el que nunca hay que dejar de lado ese niño que llevamos dentro si queremos alcanzar nuestros sueños.

—¿Por qué los animales están presentes en su obra?

—Porque yo crecí en una casita de campo en un pueblo llamado Zacatelco. Siempre teníamos animales en casa y en la granja, y casi desde que tengo conocimiento me recuerdo rodeado de pájaros, conejos...

—Ha pintado en lugares muy diversos. ¿Cada muro es un nuevo reto?

—Sin duda. Siempre intento pintar en lienzos que no sean los comunes sino en sitios que me obliguen a dar lo mejor de mi. Me encanta la posibilidad de poder romper la arquitectura de los edificios y crear ilusiones visuales con mi pintura como fue el caso del túnel de Es Soto.

—¿Qué le inspira Ibiza?

—Muchas cosas. Sobre todo me transmite buenas vibraciones. Es un lugar maravilloso y con gente muy acogedora. Sobre todo la parte más desconocida, aquella que mucha gente no conoce porque prefiere quedarse con el ocio, las discotecas o la música electrónica.

—¿Ha pensado dedicar alguno de sus trabajos a Ibiza?

—Bueno paso a paso. Primero tengo que terminar este del CEIP Sa Bodega y después ya veremos.

—Con la trayectoria que tiene, muchos jóvenes le consideran un referente. ¿Se considera así?

—De ningún modo. Simplemente soy un artista más que intenta plasmar su forma de entender el arte de la mejor manera que sabe y puede.

—Pero sus obras duran años y las ven gratis millones de personas. ¿Eso no implica cierta responsabilidad?

—En ese sentido puede que sí. Creo que el artista siempre tiene que ser un ejemplo positivo para la sociedad y para los que ven sus obras. Sobre todo entre las generaciones futuras. Ellos son los que tienen que decidir que tipo de mundo quieren y el arte puede ser muy importante para ayudarles a tomar ciertas decisiones.

—¿En qué sitio que no lo haya hecho le gustaría pintar?

—En algún país que esté pasando por problemas sociales serios. Por ejemplo, me encantaría poder hacer algo en Palestina, conocer de primera mano que está pasando allí y luego poner mi arte al servicio de toda esa gente que lo está pasando tan mal.