La basura, los motores y los chalecos acumulados en Lesbos. .

Nuria Moreno acaba de volver a Ibiza desde Lesbos, en Grecia. Lo hizo el lunes y aún tiene la mente en los distintos campos de refugiados en los que ha estado ayudando. Han sido únicamente cuatro días, pero la experiencia le ha marcado tanto que cuando tiene que hablar de lo que allí se ha encontrado se emociona tanto que se le entrecorta la voz y se le llenan los ojos de pequeñas lágrimas. Por ello, ha decidido poner en marcha una singular campaña que busca recoger ni más ni menos que 15.000 zapatos para poder entregar a los refugiados que allí da cobertura la ONG Attika.

Según explicó ayer Nuria Moreno a Periódico de Ibiza y Formentera el origen de este viaje solidario se remonta a 2017. Ella es amiga de Álex Ponce, un policía local de Sant Antoni que desde hace años ayuda rescatando a personas en Lesbos para la organización PROEM-AID y un día le propuso cómo podía aportar su granito de arena.

«Cuando regresó de una de sus misiones le dije que qué era lo que podía hacer y me propuso comprar unos motores para añadir a una barca que les habían donado en Sevilla. Gracias al apoyo de la sociedad ibicenca conseguimos recaudar 27.000 euros para comprarlos y desde entonces me picó tanto el gusanillo que me hice socia de la ong. Después, me mandaron información de su proyecto Agua, en el que los voluntarios enseñan a perder el miedo al agua a los niños y las familias que han cruzado el mar buscando un futuro mejor. Ahí ya tuve claro que no me podía quedar en Ibiza sin hacer nada», resume Moreno.

Y dicho y hecho. Como ella trabaja para Ocean Beach Ibiza propuso a la dirección destinar su acción solidaria anual a PROEM-AID y viajar hasta Lesbos junto a una compañía para ver la situación en primera persona.

El resultado ha sido «un cambio total» en su interior y el inicio de esta campaña solidaria que ha impulsado a través de las redes sociales. «No os podéis imaginar todo lo que he visto allí en apenas cuatro días; personas maltratadas, violadas, golpeadas, con metralla en el cuerpo, con rastros de ácido en sus extremidades o con quemaduras terrible y todo en plena Europa».

Su trabajo allí ha sido el de nadar y meterse en el agua con personas con discapacidad, Síndrome de Down o cáncer dentro del programa Agua. «Sé que no he hecho mucho en comparación a todo lo que ellos necesitan y, aunque yo he intentado aportar mi granito de arena, ellos han sido los que más me han ayudado a mí con todas las sonrisas y los abrazos que me han regalado y que me llevaré para siempre», recuerda Nuria Moreno.

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No en vano, una de las cosas que más recordará de esta experiencia es «cómo personas de todas las edades a las que les regalábamos material me miraban con cara tímida sin saber qué hacer, si se lo podían probar o si les íbamos a pedir algo a cambio». Y todo, como ella bromea, sin saber inglés. «Ni yo ni ellos sabemos mucho inglés, pero yo me ponía con ellos, les enseñaba o jugaba con cualquier cosa dentro del agua, siempre con cuidado, y al final nos entendíamos porque el lenguaje de la solidaridad es universal».

La campaña

Nuria Moreno se ha propuesto ayudar a la organización Attika una vez que conoció el trabajo que hacen en Lesbos. Allí tienen un enorme almacén repleto de ropa y accesorios pero, según le explicaron, les hace falta muchísimo calzado. «Ten en cuenta que sólo en el campo de refugiados militar de Moria hay más de 10.000 personas y a muy pocos metros está el de Karatepe y el de Pipka que también están repletos de gente».

Su intención es recaudar hasta el próximo 28 de octubre 15.000 zapatos para luego mandarlos allí. Nuria se lo ha tomado como un reto personal y está tan empeñada en conseguirlo que recién llegada a Ibiza le pidió a su hija que le grabara un vídeo para subirlo a las redes sociales. «Sé que puede parecer una locura pero estoy segura de que gracias a la solidaridad de Ibiza, cuya gente está siempre dispuesta a ayudar, lo conseguiremos».

Fundamentalmente se necesitan zapatillas deportivas a partir del número 37 y da igual que no estén nuevas. Se tienen que envolver bien con papel transparente para que los pares no se separen y con un rotulador, de esos que no se borran, hay que indicar de la forma más clara posible el número que son. Después se pueden depositar en muchos de los sitios que ya hay habilitados para ello en distintas partes de Ibiza.

Y es que Nuria Moreno, en apenas tres días, ya ha conseguido un apoyo masivo. «De momento todos aquellos que quieran ayudar pueden dejar sus zapatillas en el Punt Jove de Sant Antoni de 09.00 a 14.00 horas y también de 17.00 a 19.00 horas a partir de octubre, en el Punt Jove de Santa Eulària en el mismo horario, en Sant Joan en el campo de fútbol de Can Cantó gracias al Inter Ibiza, en el campo de fútbol de Sant Antoni gracias al Portmany, en colegios como Vara de Rey o las Trinitarias de Sant Antoni, Ses Planes de Sant Agustí, Can Bonet de Ses Païsses o el Bar El Cebo de Sant Antoni».

Un apoyo que Nuria Moreno está convencida que se multiplicará en los próximos días. «No podemos parar porque hay que llegar a 15.000 zapatos o incluso más. El invierno llega enseguida y no se apiada de nadie».