Esta semana se han producido nuevos vertidos de fecales en terrenos del Prat d’en Fita. | DANIEL ESPINOSA

Un estudio elaborado por el biólogo Bartolomé Planas Marí alerta del «grave problema crónico de salud pública, de grave contaminación de recursos naturales y de posible efecto nocivo para la fauna protegida de un espacio natural» que suponen los vertidos de aguas fecales en las fincas de ses Salines al no tratarse de hechos aislados sino que se producen de manera regular cada vez que llueve en cantidad.

Según este estudio, que se ha llevado a cabo con los datos de las muestras de agua y tierra afectada directamente por la contaminación fecal y recogidas los días 21 y 23 de agosto (estas últimas recogidas ante notario) «no son aptos para el consumo y se han perdido totalmente», así como que las aguas de las captaciones muestreadas «no son aptas como aguas de consumo humano y no pueden ser por tanto utilizadas ni para beber ni para higiene personal o baño».

De las siete muestras de agua estudiadas, cinco de ellas no son aptas para el riego de cultivos de consumo humano directo mediante el sistema de riego por inundación que se lleva a cabo en algunos cultivos gracias a la proximidad del nivel freático del acuífero del Prat d’en Fita. Sin embargo, sin embargo sí son aptas para el sistema de goteo. Las otras dos captaciones «no son aptas para el riego de los cultivos de ninguna manera», apunta este estudio.

Este estudio concluye que existe una «clara relación» entre la contaminación fecal de las aguas del acuífero superficial del Pla de ses Salines y el episodio de contaminación de aguas superficiales causado por el rebose del colector de la depuradora de Can Bossa que proviene de Sant Jordi. A la vez, se descarta que la contaminación fecal del acuífero superficial provenga de alguna de las fosas sépticas instaladas en las fincas afectadas «dada la intensidad de esta contaminación en las captaciones localizadas a lo largo de la línea paralela al torrente de Ca na Parra por el noreste».

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Riesgo para la salud

En sus conclusiones, el estudio del biólogo Planas destaca que la contaminación de aguas subterráneas y suelos en los terrenos afectados por el vertido de fecales «supone un riesgo para la salud de las personas que habitan en las fincas afectadas o hacen uso de ellas, así como para las personas que puedan consumir los cultivos que se riegan con las aguas del acuífero superficial del Prat d’en Fita.

En cuanto a la contaminación fecal en la superficie de los terrenos, ésta es «muy intensa en los suelos agrícolas afectados, con niveles de contaminación en algunas muestras «muy superiores a los que tienen habitualmente los lodos de depuradoras».

Por este vertido de fecales se ha presentado una denuncia por un posible delito contra los recursos naturales y otro de prevaricación medioambiental que se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza.