Fachada exterior del edificio que alberga desde 2011 la Biblioteca Vicent Serra Orvay de Sant Jordi. | DANIEL ESPINOSA

Hace 20 años y un mes la biblioteca de Sant Jordi abría sus puertas. Fue un 3 de agosto de 1988 con la licenciada en Biblioteconomía na Maria Rosa Ribas y con una colección de libros aportados por el Ayuntamiento de Sant Josep y con otro cedido por la Conselleria de Cultura del Consell d’Eivissa. Y hoy, 20 de septiembre de 2018, tras cambiar su ubicación hasta la Plaza Mayor del pueblo se ha convertido en un referente en Sant Jordi. Es un punto de encuentro clave para personas de todas las edades gracias a la gran cantidad de actividades que organiza a lo largo del año. La próxima, una sesión de cuentacuentos para niños a partir de tres años que na Maricuela ofrecerá mañana a las 18.00 horas.

Según explicaron ayer a Periódico de Ibiza y Formentera desde la biblioteca, esta humildad no le impidió ser muy activa desde el principio. «Elaboramos un proyecto de animación a la lectura con el que el Ministerio de Cultura nos premió con un lote de 300 libros y empezamos a organizar proyecciones de películas, una bebeteca, talleres de puntos de libros o concursos de narración corta y nos sumamos al programa Les tardes del conte de la Conselleria de Cultura del Consell d’Eivissa». Y todo ello con el hándicap de que las primeras trabajadoras, Cristina Ribas y Paquita Costa, compatibilizaban su trabajo en la biblioteca y la catalogación manual de los documentos por las tardes con la atención por las mañanas de las oficinas municipales.

En 2003 llega Internet y en 2005, cuando ya María José Torres y Mónica Serra ejercían a tiempo completo, la biblioteca alcanza los 433 socios; una media de 15 diarios, sobre todo niños, y un fondo 4.000 documentos. Sin embargo, ya se empieza a pensar en un traslado ya que, según recuerda Anna Ribas, la auxiliar de biblioteca actual, «el edificio tenía un deficiente aislamiento térmico que hacía que tuviéramos mucho calor en verano, mucho frío en invierno y goteras cuando llovía».

En 2009 pasa a ser la Vicent Serra Orvay

En febrero del 2009 un nuevo equipo de gobierno busca dar un nuevo impulso a la biblioteca de Sant Jordi, trasladarla a las nuevas instalaciones municipales en la Plaza Mayor y, aprovechando el Any Vicent Serra Orvay, ponerle el nombre del destacado monseñor, lingüista, astrónomo y matemático. Además, se convocan oposiciones para una plaza de bibliotecario y otra para auxiliar de biblioteca que consiguen Juana L. Guirado y Anna Ribas, respectivamente, el Ministerio de Cultura les vuelve a premiar con otro lote de 300 libros, el número de socios llega a los 873 y los visitantes desde su apertura alcanzan los 12.000.

El traslado hasta el edificio actual no se efectúa hasta febrero de 2011. El nuevo espacio «es más grande, más alegre, con más luz y cuenta con un gran almacén» y permite, además, «el comienzo de la informatización del fondo bibliográfico y la entrada en el Catàleg Automatitzat de les Biblioteques de les Illes Balears (CABIB) para aumentar la cantidad y la variedad de lo que se ofrece».

Asimismo, se siguen organizando charlas, exposiciones, talleres de manualidades, obras de teatro, talleres de lectura, astronomía, caligrafía, técnicas para contar cuentos, danza o risoterapia, los primeros clubes de lectura infantil, juvenil y adultos y un mini-club de lectura para los más pequeños. Incluso los miembros del club de lectura juvenil consiguen en 2011 el accésit en los premios Nit de Sant Joan por su trabajo Nosaltres i els nostres güelos.

Desgraciadamente, hace un par de años que no hay clubes de lectura. «El de adultos siempre nos costó consolidarlo y aunque el infantil y el juvenil siempre tuvieron éxito en 2013 los paramos porque los jóvenes crecían y se iban a estudiar fuera y porque la biblioteca llegó a un nivel tan alto de asistencia y de movimiento que era imposible atender todas las demandas a la vez», recuerda Anna.

En octubre del 2012, el director de cine Antonio Isasi-Isasmendi, vecino por aquel entonces de Sant Jordi, cede su colección personal de más de 1.000 películas a la biblioteca para que todos los vecinos las puedan disfrutar.

En 2013 se crea la web de las bibliotecas municipales de Sant Josep y se inicia el préstamo de e-books, una iniciativa que duró muy poco tiempo «por la imposibilidad de ofertar las novedades editoriales». Ese año, la Biblioteca Vicent Serra Orvay alcanza los 2.532 socios inscritos y los 3.000 visitantes, unos 125 al día. Además, se prestaron 21.000 documentos y su fondo acumula ya 12.000 ejemplares.

Los siguientes años se sigue ampliando y renovando este fondo y organizando actividades para todas las edades. Logran un gran éxito con sus cuentacuentos y sus talleres, algunos nuevos como los de scrapbooking, fotografía para jóvenes, gimnasia para mayores o música para bebés, y comienzan las colaboraciones con asociaciones como la Asociación Cultural Japonesa Wabiza o la que organiza la Semana de la Lactancia Materna. Incluso, cada día del libro por Sant Jordi, pone en marcha una jornada de puertas abiertas, con un puesto de libros gratuitos que se nutre con volúmenes obsoletos para la biblioteca y donaciones recibidas por vecinos del pueblo que el centro no puede asumir por falta de espacio.

Los últimos datos siguen reflejando la importancia de la Biblioteca Vicent Serra Orvay en la vida de Sant Jordi. A finales de 2017 tiene 3.787 socios inscritos, recibió la visita de 29.500 usuarios, con una media de 120 al día, se prestaron 23.000 documentos y el fondo aumentó hasta los 18.000 ejemplares. «La tendencia nos dice que se han estabilizado los usuarios y que sigue aumentando el número de préstamos, ocupando nosotros el cuarto puesto de entre todas las bibliotecas públicas de Baleares, excluyendo las dos estatales», concluyen orgullosas las trabajadoras del centro.