El agua estancada de las lluvias presentaba ayer un color verde. | Silvia González Vaz

El agua estancada de las últimas lluvias presentaba ayer un color verde intenso en la playa de Santa Eulària, lo que ofrecía una mala imagen para turistas y residentes de la zona. Desde el Ayuntamiento apuntaron que tan solo se trata de agua de lluvia y que se encuentra precisamente justo en la salida de las pluviales.

Según detallaron, han solicitado en «varias ocasiones» a la Demarcación de Costas que les permitan alargar la salida unos metros para que el agua pueda desembocar dentro del mar y «evitar así la pérdida de arena» que provocan las trombas de agua los días de tormenta. De momento, aseguran que sus peticiones no han obtenido ningún resultado.

No obstante, desde el Ayuntamiento explicaron que están realizando las gestiones oportunas para retirar el agua acumulada actualmente. En este sentido, apuntaron que están «a la espera» de que la concesionaria del servicio de limpieza, que es la que está autorizada por Costas para meter maquinaria en la playa, «pueda hacer los trabajos de retirada del agua y de restauración del perfil de la playa redistribuyendo la arena existente», ya que no se pueden hacer aportaciones externas. «Lo tenemos pedido desde hace días, pero como hasta la semana pasada hubo temporales de cierta intensidad, han tenido bastante trabajo», señalaron fuentes municipales.

Desde 2016

Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària recordaron que ya en noviembre de 2016 impulsaron dos proyectos para poder reducir la contaminación y la pérdida de arena que provocan las fuertes lluvias, tanto en la playa de Santa Eulària como en el puerto de es Canar. Los proyectos, que deben ser aprobados por Costas, consisten en modificar las actuales salidas de pluviales para que separen restos sólidos, grasas y arenas, para que el agua que se devuelva al mar sea de mejor calidad.

El proyecto de la playa de Santa Eulària, situado justamente en s’Alamera, es el más grande de los dos. La red de pluviales que desemboca en este punto recoge la lluvia de varias calles, por lo que los días de tormenta genera un gran caudal que baja hasta el Paseo Marítimo y cae sobre la playa. La idea es cerrar el rebosadero y alargar el colector unos 150 metros en dirección norte.