Imagen de la última reunión del Consell de Alcaldes en la sede del Consell d’Eivissa.

La suma del remanente de tesorería que tienen los ayuntamientos de Ibiza supera los 90 millones de euros, según los datos que los propios Consistorios han facilitado a Periódico de Ibiza y Formentera. Este superávit se debe a la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, también conocida como «Ley Montoro», aprobada por el anterior gobierno del PP, obliga a cumplir una serie de requisitos para gastar el dinero que hay en las cuentas públicas.

En el caso del Ayuntamiento de Eivissa, en el pleno ordinario del pasado mes de mayo se aprobaron los últimos pagos de los préstamos que todavía tenía el Consistorio. Actualmente, las cuentas están completamente saneadas, según fuentes del Ayuntamiento, que cuenta con un superávit de 16.9 millones de euros.

En cuanto a Sant Josep, el Ayuntamiento tiene una deuda de 3.773.000 euros a 31 de diciembre de 2017 «porque es un préstamo del Fondo Financiero del Estado para la Modernizacfión de las Infraestructuras Turísticas (FOMIT), que nos sale más caro pagarlo anticipadamente que a plazos», aseguró a este periódico Paquita Ribas, concejala de Hacienda y Presupuestos. «De lo contrario estaríamos cargando sobre las arcas del Ayuntamiento más coste que el que tiene el propio préstamo», añadió. El superávit acumulado, sin embargo, es 43 millones de euros.

Santa Eulària, por su parte, tiene un superávit acumulado de casi 23,5 millones de euros, que ha invertido básicamente en el mantenimiento y mejora de las infraestructuras del municipio. «Invertimos en obras que no impliquen más gasto en personal», explicaron desde el Ayuntamiento de Santa Eulària.

Por su parte, el remanente de tesorería del Ayuntamiento de Sant Antoni es de aproximadamente 8 millones de euros. «Desde el equipo de gobierno hemos pedido mediante moción en diferentes ocasiones que se flexibilice la regla de gasto», declaró Sant Antoni.

Falta por conocer el estado de las cuentas del Ayuntamiento de Sant Joan de Labritja, que al cierre de la presente edición no había mandado la información solicitada.