Alumnos del CEIP Puig d'en Valls en Tots Sants

Muchos colegios ibicencos celebraron ayer una jornada festiva en la que desafiaron al mal tiempo para recordar por un lado las tradiciones pitiusas del día de Tots Sants y por otro divertirse con Halloween, la celebración de origen norteamericano que ya se ha asentado completamente en nuestro país.

CEIP Puig d’en Valls

El CEIP Puig d’en Valls fue uno de los que un año más no faltó a su cita. La lluvia y el viento obligaron a que las actividades se desarrollaran en sus instalaciones y en el bosquecillo que hay cercano al colegio pero no consiguió que quedaran deslucidas.

Según explicó a Periódico de Ibiza y Formentera el director del centro, Noel Ramón, este año han participado los 440 alumnos del centro junto a sus profesores. Todos ellos realizaron juntos una trencada de frutos secos para recordar lo que se hacía en las Pitiusas antiguamente y disfrutaron con una jornada de convivencia entre mayores y pequeños. Además, como suele ser habitual en el colegio, de forma totalmente alternativa durante toda la semana, los más pequeños de Infantil hicieron panellets «para profundizar en los productos típicos de Ibiza para Tots Sants». Incluso, y aunque en el CEIP Puig d’en Valls «se apuesta por nuestras tradiciones», algunas profesoras de inglés se disfrazaron de brujas y recorrieron las clases para recordar Halloween que se celebra la noche del 31 de octubre.

CEIP Mestral

También se toparon con el mal tiempo los estudiantes del CEIP Mestral. Estaba prevista una jornada de convivencia entre los de Infantil y de Primaria y una trencada en Ses Salines pero el mal tiempo obligó a suspenderla y buscaron planes alternativos en sus instalaciones. Además, vivieron una jornada de terror relacionada con Halloween que incluyó una habitación del terror y una comida «a base de sopa monstruosa, dedos sangrantes con telaraña de patata y un bizcocho de chocolate embrujado».

CEIP Guillem de Montgrí

Otro colegio que celebró una gran fiesta de Halloween fue el Guillem de Montgrí de Sant Antoni. En este caso, desde las 17.30 horas no faltó el túnel del terror, los juegos, una gran rifa, un concurso de disfraces de miedo, un taller de pintacaras, un castillo hinchable y un mercadillo. Además, se podía comprar una amplia variedad de bebidas, dulces y salados, hamburguesas y perritos calientes. La entrada costaba un euro y todo lo que se recaudó ayer fue directamente destinado a los alumnos de 6º de Primaria del centro.