La empresa prevé una inversión de más de medio millón de euros en los próximos dos años para adaptarse tanto a las nuevas tecnologías automovilísticas como a las nuevas tendencias del sector. | MARCELO SASTRE

Formado como ingeniero industrial, José Antonio Colomar (Eivissa, 1975) inició su carrera como profesional de lo que había estudiado, pero la necesidad de un relevo generacional le exigió volver a Ibiza. No pudo ver cómo se terminaba la instalación de energía solar que había diseñado para el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona. Su regreso a la isla le llevó primero a un rent a car de la familia y después al frente de Eivimotor. A pesar de su vocación, dice que la posibilidad de poder conocer la última tecnología en mecánica automovilística compensa su inquietud.

Hábleme de los inicios de Eivimotor, ¿cómo nace el negocio?
— Eivimotor nació hace casi 30 años. A una parte de mi familia, mi tío concretamente que llevaba Seat desde hacía años en Ibiza, le surgió la oportunidad de hacer crecer el negocio y creó Eivimotor. Algo que representaba trabajar con las marcas Audi y Volkswagen.

¿Sabía que se dedicaría en algún momento a este negocio?
— Bueno, toda mi familia siempre ha estado vinculado al sector de la automoción de una manera o de otra. Yo en verano ya hacía trabajo en verano ayudando a los mecánicos del taller que tenía mi padre. De alguna manera, no sé si lo había pensado, pero me he acabado encarrilando hacia este sector.

¿A qué se dedicaba concretamente su familia?
— Mi padre tenía dos hermanos y los tres se dedicaban a una rama diferente de la automoción. Mi padre llevaba recambios de automóviles, y venta de tractores, de maquinaria agrícola, industrial y náutica; mi tío Pep se dedicaba a la venta de automóviles, y mi tío Juan estaba más metido en el sector del rent a car.

De volver atrás, ¿habría vuelto a donde está ahora profesionalmente?
— Sí. Es un mundo fascinante, muy atractivo, tienes la oportunidad de probar lo último del mercado. Además, es un sector muy emotivo por el trabajo con el cliente y muy dinámico, con continuas novedades. Yo creo que sí volvería a esto. De hecho, estudié algo encarrilado de alguna manera al sector de la automoción.

¿Cuál ha sido la evolución de este sector en la isla?
— Yo volví a Ibiza tras muchos años de estudiar y trabajar fuera. Hace ahora mismo 17 años. En este último período, tal vez no haya cambiado demasiado. En lo que más ha cambiado es en el diseño de los vehículos y en la tecnología que lleva como asistencia a la conducción o el GPS. Pero si relativizamos, no ha cambiado tanto en los últimos 20 años comparado con lo que creo que cambiará en los próximos 10 años.

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¿A qué cambios se refiere?
— Ahora todo va muy rápido, aunque se habla de vehículos eléctricos desde hace muchos años. Existen prototipos y modelos desde hace décadas. Pero no se han comenzado a vender hasta hace un par de años. Todo esto a partir de 2020 irá muy rápido. Uno de los cambios y retos que me gustan es que en los próximos 10 años veremos muchos más vehículos eléctricos y de gas, pero también veremos vehículos autónomos. No se habla mucho todavía, pero todo el tema del GPS y las ayudas a la conducción hacen que estén más cerca de llegar a nuestras carreteras.

Las instituciones están promoviendo este cambio hacia los vehículos sin emisiones por combustión. ¿De qué modo les afecta ahora la prohibición en 2025 de la venta de vehículos diésel y en 2035 de los de gasolina que establece la Ley de Cambio Climático?
— Sobre todo hay mucha incertidumbre. Los vehículos de combustión interna que tenemos ahora se seguirán vendiendo durante los próximos años. Tienen una ventaja competitiva muy grande respecto a los vehículos eléctricos en cuanto a precio, autonomía o repostaje. Creo que convivirán ambos modelos durante mucho tiempo. Sí que es cierto que todo el tema de las leyes que se quieren impulsar desde las administraciones públicas están afectando y provocan incertidumbre en la gente. Preguntan mucho y cuando ven que es algo a medio plazo todavía se inclinan más hacia las tecnologías que tenemos actualmente. Sobre todo por las ventajas que comentaba antes. Es cierto que hemos notado que hay gente que está retrasando su decisión de comprar un vehículo pensando en estas leyes. Esto condiciona mucho al mercado. Pero la gente debe ser consciente de que estamos hablando de 2025 y 2035, quedan siete y 17 años todavía. La vida media de un vehículo en Ibiza es de ocho años. Todavía pueden comprar dos coches de gasolina antes de que se ponga en marcha la Ley.

Para adaptarse a esta normativa, ¿están tomando algún tipo de medidas?
— Nosotros estamos de acuerdo en que hay que hacer un cambio de modelo energético. En las islas y en el mundo. De hecho tenemos que cambiar el chip en las empresas. Todo esto llegará y, cuando llegue, todo irá muy rápido. Nosotros, entre este año y el que viene, haremos una inversión de más de medio millón de euros en adaptar las instalaciones que tenemos, orientados hacia este futuro próximo para que no nos pille el toro. A finales de este año acabaremos la reforma de una de nuestras instalaciones, muy enfocada a las nuevas tecnologías.

¿Cómo evoluciona la temporada para un concesionario en Ibiza?
— Es como una montaña rusa y más aquí en la isla. La estacionalidad de venta de vehículos es muy similar a la de la península. Con picos en junio y julio. De septiembre a diciembre también son meses muy fuertes de venta. Pero a diferencia de la Península aquí la estacionalidad en cuanto a taller y post venta, tenemos un pico en julio y agosto. En las zonas no turísticas de la Península es cuando se da vacaciones a los mecánicos y a la gente de la empresa. Nosotros, en cuanto a venta de vehículos de la red de concesionarios de España estamos considerados como pequeños. Pero en materia de post venta, cuando se nos compara con el resto de España, se nos considera entre mediano y grande. ¿Por qué? Pues porque es una isla de paso para muchos vehículos y por la gran flota de rent a car a la que se tiene que dar servicio. Si la carga de negocio en la Península es de un 70% venta y 30% post venta, aquí esa carga sería de un 60%-40%.

¿Cómo es el futuro inmediato de la empresa?
— El hecho de estar bajo el paraguas de empresas internacionales como son Volkswagen, Audi o Seat hace estar muy al día respecto a las nuevas tecnologías. El sector de la automoción es un sector tremendamente competitivo. La última reforma que estamos haciendo es para adaptarnos a la nueva imagen que quiere proyectar Audi y, por otro lado, adaptarnos a los nuevos tiempos que vienen respecto a nuevas tecnologías y los nuevos vehículos. En principio parece que va todo enfocado hacia el vehículo eléctrico. Eso implica un cambio por ejemplo en la zona de exposición, de modo que cada coche tenga un punto de suministro eléctrico bajo el coche. En el taller se busca que el elevador esté al lado de la mesa de la recepción, de forma que el cliente está sentado y ve el coche por debajo. Las nuevas tendencias y tecnologías cambian. Y nosotros estamos adaptándonos.

¿Cuándo prevén comenzar a vender vehículos eléctricos?
— Ahora mismo tenemos un híbrido enchufable, es decir, eléctrico y de gasolina. Tenemos dos puntos de carga en las instalaciones para recargar este modelo y lo bueno es que es una tecnología de transición. Tiene una autonomía limitada eléctrica, de 50 kilómetros, pero si se acaba, por ejemplo por la zona de sa Cala Sant Vicent, se pone en marcha el sistema de combustión y sabes que el coche no te dejará tirado. En cuanto a eléctricos puros, el año que viene tendremos el E-tron de Audi, que ya se anuncia en televisión. En Volkswagen desde hace algún tiempo ya tenemos vehículos eléctricos, pero se venden poco y por eso nos llegan poco. En 2020 tendremos a disposición del público un coche de esta marca totalmente eléctrico. No sabemos precios, pero será más asequible para el público general. Estaremos hablando de menos de los 40.000 o 45.000 euros que cuesta un híbrido enchufable hoy en día.

¿Hay previsión para el siguiente relevo generacional en la empresa?
— En mi caso, mis hijas tienen siete años. Es muy pronto para saber lo que querrán ser. Una de ellas dice que quiere ser médico de animales. Yo las dejaré elegir, como a mí me dejaron tirar millas y que yo decidiera. Que ellas busquen su camino. Si les gustan los animales y el campo, tenemos una finca y estaré encantado en que trabajen en la finca. También tengo sobrinos, pero son adolescentes y no sabemos muy bien por donde se encarrilarán y otros más mayores están en el sector de la sanidad.