Los participantes en el acto portaron pancartas con lemas reivindicativos. | MARCELO SASTRE

«La de la calle es una vida dura: tienes que buscar cartones para dormir y a mí el primer día me robaron la cartera con toda la documentación porque me dormí en un banco». Quien explica su caso es Pep Tur Riera, un ibicenco de 57 años que de la noche a la mañana se quedó sin trabajo, sin vivienda y sin nadie de su familia interesado en ayudarle.

Él es una de las 220 personas sin hogar a las que Cáritas atienda anualmente, una cifra que se mantiene estable desde hace varios años. «Queremos alzar la voz con las personas sin hogar para decir que necesitamos soluciones y que sean vistas de otra manera a nivel social, porque son invisibles. Necesitamos cambiar el chip y que esta situación temporal no les marque ni les quede el estereotipo que son gente de la calle para siempre», apunta Gustavo Gómez, coordinador de Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera, que ayer organizó un acto en la plaza Antoni Albert i Nieto para dar visibilidad al Día de las personas sin hogar, que se celebra el 25 de noviembre.

Gómez asegura que la escasez de vivienda a precios asequibles y la falta de trabajo durante todo el año en Ibiza provoca más casos de exclusión social que en otros puntos del país. Además, el coordinador de Cáritas destacó que años atrás el perfil de la gente sin hogar que acudía a Cáritas para pedir su ayuda «eran extranjeros, pero desde hace cinco o seis años son más españoles e ibicencos que han agotado sus recursos, las ayudas familiares y que por desgracia han tenido que venir buscando alimentos y un sitio dónde vivir».

El caso de Pep Tur

Pep Tur llevaba 25 años trabajando en una empresa donde también le facilitaban alojamiento. Sin embargo, fue despedido después de estar de baja médica durante mucho tiempo y se quedó sin ingresos y sin alojamiento. «Estuve tres meses viviendo en la calle y desde hace un año y pico vivo en el albergue. Por las mañanas me levanto, me tomo y café y cojo el bus para ir al taller de Cáritas en Can Pep Xico de ocho a una. Luego me paso dos o tres horas sentado en un banco hasta que vuelvo al albergue a cenar», explica este ibicenco que agradece la ayuda que Cáritas le ha prestado, que son de 350 euros mensuales por su trabajo en este taller que se suman los 426 euros de prestación para parados sin recursos.

«En los talleres ocupacionales de Cáritas se suele estar un máximo de dos años pero también depende de los casos concretos. Nosotros pedimos el acceso a VPOs y la garantía de unas rentas mínimas que sean compatibles con el nivel de vida de la isla de Ibiza», apunta el trabajador social de Cáritas Juanan Tur.

32 plazas en el CAM

El Centro de Acogida Municipal (CAM) que el Ayuntamiento de Eivissa construirá en la calle Vicent Serra contará con 32 plazas (en la primera fase sólo habrá 15), doce más que las que tiene en el actual albergue y que se unirán los dos pisos para emergencia social habilitados en Dalt Vila y a un tercero que se presentará en breve, apuntó ayer Joan Ribas, quien también destacó que el Ayuntamiento habilitará el año que viene un local en es Gorg para gente sin hogar ante el retraso en la construcción del centro de baja exigencia.
El acto de ayer contó con la presencia de escolares de los colegios Morna y Nuestra Señora de la Consolación que escribieron sus mensajes en un mural.