El consultor Marc Navarro en Origen Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

El experto en coworking Marc Navarro fue el invitado especial a la charla, «Coworking, 3 motivos para salir de tu forma de confort», que ofreció ayer Origen Ibiza, espacio coworking fundado por Susana Montuenga el pasado septiembre. Director de contenido de la Coworking Spain Conference, creador del primer coworking con retorno social, Sinèrgics, responsable de estrategia de CREC Coworking y director de contenido de CUAsia (Coworking Unconference Asia), este diseñador industrial lleva «ayudando a las personas» desde 2011 y fue en 2015 cuando empezó a dedicarse a la consultoría. Su ponencia gratuita de la tarde de ayer consistió en dar a conocer el concepto y las «ventajas de dejar de trabajar en casa o en una oficina».

¿Qué es una oficina ‘coworking’?
—Es un espacio compartido en el que el gestor aporta algo a la comunidad. Es decir, es un lugar donde hay diferentes personas y empresas que trabajan allí, no necesariamente del mismo sector, a mi personalmente me gusta que haya perfiles de diferentes sectores para que haya más sinergias, y hay una equipo gestor que aporta a la gente.

¿Cuál es su función?
—Yo ayudo en el proceso de crear un espacio coworking. Desde elegir el espacio, ver qué tipo de espacio se ajusta a lo que quieren hacer, precio, ayudo a que desarrollen un concepto de coworking, dependiendo del público y la idea. Entonces creo una estrategia para que ese espacio de coworking tenga un sentido y una coherencia de principio a fin en todos los niveles.

¿A qué perfiles estaría destinado el ‘coworking’?
—Pues se ha ido normalizando y en la actualidad tienes prácticamente a todo el mundo. Y luego igual estás trabajando con profesionales que trabajan en sectores totalmente diferentes. Al final, los espacios de coworking esto lo han solucionado, porque llevamos muchos años haciéndolo.

¿Se están especializando?
— Sí. Lo habitual era que antes, hacia 2013, tenías gente más creativa, como arquitectos, diseñadores, programadores y gente de profesiones liberales-creativas, incluso perfiles bohemios. Entonces, se ha ido especializando. Por ejemplo, un creador de joyas no puede estar en un coworking normal de oficina, sino que surgen coworkings especializados en las diferentes profesiones. Al final el objetivo es que no haya una colisión de uso, entre el que pule una joya y el que escribe un artículo para una revista.

¿Y qué relación tiene con el ‘networking’?
—Están muy ligados porque al final se trata de generar una red relacionada con tu ambiente laboral. Si tu vas al gimnasio y la gente te empieza hablar de su trabajo estás en un contexto extraño, incluso violento, entonces a partir del coworking, donde tienes gente alrededor trabajando, se generan una relaciones que tienen el trabajo como centro. Eso te ayuda a crear una red muy enfocada al trabajo. Luego surgen otro tipo de relaciones dentro de la comunidad. Por ejemplo, me contaba Javier Timoteo, de Coworking Nidus39 en Palma (asistente a la charla), que sus coworkers se van a hacer excursiones en kayak. Son redes que empiezan en un entorno de trabajo, te ayudan a tener más trabajo, proveedores, clientes, etc, porque es a través de un tercero como se puede conocer tu proyecto. Luego el roce hace el cariño y puede desembocar en una amistad o en cualquier cosa.

Hubo un programador que entró en CREC, el centro que yo gestionaba en Barcelona, y en ocho meses hizo ocho páginas web para la gente del espacio, además de sus proyectos propios. O hizo algo tan sencillo como resolverme un problema en veinte segundos que me habría costado tener que enviar 25 mails.

Al final se trata de intercambiar trabajo y reducir procesos, ¿no?
—Exacto. Por eso comentaba que está muy relacionado con el networking.

Ha explicado la importancia del ‘coworking’ a la hora de formarse una amplia red de contactos pero, ¿qué beneficios aporta, por ejemplo, para organizar nuestro tiempo o ser más productivos?
—Mira, hay gente por ejemplo que dice, ‘no voy a un coworking, pero si a eventos’. Hay que pensar que eso implica que después de tu horario laboral debes desplazarte a ese lugar. En el coworking ya formas parte de una comunidad y esa red ya la vas trabajando día a día de manera natural. Entonces aunque ir a eventos es muy bueno, en el coworking lo haces sin esfuerzo ni pérdida innecesaria de tiempo.

Resultaría extraño dejar de concebir la ‘oficina tradicional’ como el lugar natural de trabajo.
—De hecho, hay ya voces que comentan desde hace unos meses que no va a haber coworking en el futuro porque va a ser la manera estándar de trabajar. Al final, yo que llevo muchos años en el sector, se me haría muy raro trabajar en una empresa que tuviera unas oficinas fijas en las que solo hubiera gente de mi empresa. Es la manera de trabajar del futuro. Las cosas van por ahí porque ves los resultados y se produce una mejora, desde ser más feliz a más productivo. O a si tienes un problema tener más cerca las herramientas para solucionarlo, etc.

Y, ¿el panorama en Ibiza?
—Ahora hay tres espacios y la isla está en una etapa inicial. Pero es un destino atractivo para el nómada digital. Además, yo creo que a nivel del público extranjero, que es habitual en un espacio de coworking, puede resultar interesante. Por otro lado, depende del carácter de la zona y de la forma de ver la privacidad, porque hay personas a las que les cuesta compartir, bien porque lo ven como una invasión a su intimidad o porque cuesta aceptar trabajar en una zona abierta.