Juana Costa señala el muro que bloquea el final de la calle s’Espalmador en la que vive desde hace más de 50 años. | MARCELO SASTRE

Los vecinos de la calle s’Espalmador, en Sant Jordi, tienen que hacer complicadas maniobras desde hace tres años para poder aparcar en su calle. La salida natural, que sería por la calle les Salines, está bloqueada. Un muro de medio metro, en medio del asfalto, les impide el paso.

Es por ello que se ven obligados a salir marcha atrás, con el peligro que ello conlleva al acceder a la calle Escoles Noves, con poca visibilidad y por donde suelen pasar bastante tráfico que viene del aeropuerto, los colegios y el polideportivo. Los vecinos piden una solución al Ayuntamiento de Sant Josep, que de momento no llega. Pero la existencia de ese muro que cruza la calle viene de hace mucho más tiempo.

Juana Costa, vecina del barrio desde hace más de cincuenta años, recuerda todavía las reuniones que hubo tras la construcción del muro. «Yo tenía cuatro o cinco años, y recuerdo a mis padres reunidos con el resto de vecinos. Al final uno de ellos se comprometió a ceder una parte del terreno de su casa para que se pudiera dar la vuelta», relata Costa.

Pero esa solución, que permitió que el conflicto no llegara a más durante medio siglo, desapareció hace tres años. Los propietarios del terreno cedido para poder dar la vuelta con los vehículos pidieron una licencia de obra y lo cerraron. Desde ese momento la estrechez de la calle impide dar la vuelta. Y fue entonces cuando los vecinos se vieron obligados a pedir soluciones a la municipalidad.

Tras una reunión con el Ayuntamiento, en la que Costa explica que se les informó que la calle a la que se bloqueaba el acceso era pública, se dijo que se hablaría con el vecino que había puesto el muro para llegar a una solución acordada. Se comprometieron a llegar a una solución en dos meses para eliminar esa pared que impedía el acceso. De eso hace algo más de un año.

En mayo de este año se aprobó por decreto de alcaldía la remodelación de la calle s’Espalmador y de la calle les Salines. Un proyecto que supone la ampliación del ancho de la calle les Salines para permitir que sea de doble sentido, las construcción de aceras en ambas calles, cambio de la iluminación, mejora de la red de saneamiento y el soterramiento de la red eléctrica y telefónica que actualmente son aéreas.

El Ayuntamiento explicó que el proyecto está actualmente en fase de alegaciones, pero que en cualquier caso se cumplirá la demanda de los vecinos y el muro se derribará.

Un arreglo que no convence

El proyecto de mejora no acaba de convencer a todos los vecinos, dado que debido a los trámites administrativos, el problema se prolongará en el tiempo.

Entre los poco convencidos está Cati Cardona. Considera que se ha complicado un problema que «tenía una solución muy fácil». Indica que la solución que quieren los vecinos es sencillamente poder entrar por una calle y salir por la otra. Algo que podría solucionarse simplemente tirando abajo el muro.

En un escrito presentado ante el ayuntamiento, y firmado por los vecinos de la calle s’Espalmador, se indica que «la calle se encuentra en buenas condiciones, a pesar del peligro que supone ahora salir por la calle Escoles Noves».

Cati también indica que la construcción de aceras al final será más un problema que una solución, dado que se eliminará el aparcamiento del que ahora disponen en la calle. «Está claro que esto se contruyó de un modo que hoy no se haría, pero algo que ya está hecho desde hace 60 años tiene difícil solución. Es como Puig d’en Valls. No puedes ampliar las calles porque tienes que expropiar a todas las casas».

Otro motivo para pedir una solución rápida es el temor a que en algún momento pase alguna desgracia. Comentan las dos vecinas que si tuviera que entrar un día una ambulancia luego lo tendría complicado para salir, y el tener que salir a una calle transitada marcha atrás a diario, «algún día puede provocar un accidente».

Respecto al peligro de la salida de vehículos, los vecinos también solicitaron en alguna de las reuniones mantenidas con el Consistorio de Sant Josep que se instalaran vadenes en la calle Escoles Noves, para que al menos el tráfico redujera su velocidad al llegar a la salida de su calle.

Otras reclamaciones

En el escrito presentado ante el Ayuntamiento constan otra serie de reivindicaciones.
La primera afecta a la nivelación del firme de la carretera tras reasfaltar la calle Vicent Serra. Según indican los vecinos, «cada vez que llueve, por poco que sea, la calle se convierte en un torrente».

Se ha solicitado también la retirada de un coche abandonado a la entrada de la calle Espalmador que «dificulta la entrada y salida de la calle».

Por otra parte existen quejas por la basura acumulada en el patio de una de las casa «que se ha convertido en un nido de gatos y roedores».

Quejas que «no son escasas para una calle tan pequeña», concluye el escrito vecinal.